33 - "BAJON EMOCIONAL"

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 👤 — DANIELA GARCÍA

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👤 — DANIELA GARCÍA.
📍 — ECUADOR.
🗓️ — DÍA 47.

Desperté en mitad de la noche, desorientada por un momento. La habitación estaba sumida en la penumbra, apenas iluminada por la luz de la luna que se colaba entre las cortinas. Me llevó unos segundos darme cuenta de dónde estaba, en el corazón del Amazonas, en nuestra pequeña burbuja de paz. El aire era cálido, y el único sonido que se escuchaba era el suave canto de los insectos y el ocasional murmullo de la selva a lo lejos.

Sentí el peso de su brazo sobre mi cintura, abrazándome de manera protectora. Me giré lentamente para verlo. Plex dormía profundamente, su rostro relajado y tranquilo, con la respiración lenta y acompasada. Verlo así, en ese estado de calma absoluta, me llenó de una sensación de calidez y seguridad. Parecía tan ajeno a las preocupaciones del mundo, completamente sumergido en el sueño. Una leve sonrisa apareció en mi rostro sin que pudiera evitarlo.

Sus labios estaban ligeramente entreabiertos, y su cabello desordenado caía sobre su frente de una manera que me pareció adorable. Me quedé mirándolo por unos minutos, disfrutando de la paz del momento, de esa sensación de estar justo donde quería estar.

Me acerqué un poco más, sintiendo su calor, y me acurruqué contra su pecho. Su respiración suave vibraba a través de él, y el latido constante de su corazón era casi hipnótico. El simple hecho de estar allí, en sus brazos, me hacía sentir segura, como si nada malo pudiera alcanzarnos en ese pequeño rincón del mundo.

Lo más curioso era cómo, incluso en sueños, Plex seguía aferrado a mí, su brazo manteniéndome cerca, como si de alguna manera supiera que estaba despierta y no quería dejarme ir. Ese simple gesto me llenaba de ternura, y me sentía agradecida por lo que teníamos, por lo que habíamos construido.

Suspiré suavemente, tratando de no despertarlo, aunque parte de mí deseaba que abriera los ojos y me mirara, para compartir ese momento juntos, en silencio, en medio de la noche. Pero no lo hizo, seguía dormido, sumido en ese descanso profundo que claramente necesitaba.

Después de un rato, cerré los ojos de nuevo, dejando que el ritmo de su respiración y el calor de su abrazo me arrullaran de vuelta al sueño. Sabía que al despertar, todo seguiría allí: la selva, nosotros, y esa sensación de calma que había encontrado en medio del caos del viaje.

Cuando volví a abrir los ojos, ya era temprano por la mañana. La luz suave del amanecer comenzaba a filtrarse a través de las cortinas, llenando la habitación con un brillo dorado. El ambiente era aún más tranquilo que en mitad de la noche, pero esta vez algo había cambiado: el lado de la cama donde Plex había estado abrazándome ahora estaba vacío, con las sábanas desordenadas y su calor ya desvanecido.

El suave sonido del agua cayendo en la ducha me confirmó que no estaba lejos. Me giré lentamente, estirando los brazos perezosamente por encima de mi cabeza y hundiéndome un poco más en las sábanas. Mi cuerpo todavía se sentía pesado por el cansancio acumulado, pero la calidez de la cama y la tranquilidad de la mañana me hacían sentir que podía quedarme ahí un rato más.

LUNA ( yosoyplex )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora