LUNA . . . !
"tu. mi luna llena eres tú,
cuando apareces eres luz, y
las estrellas se molestan. me
miras más que a ellas"
dónde daniela publica un tweet para un youtuber que va a dar la vuelta al mundo y él le ofrece viajar con él...
... o dónde...
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👤 — DANIELA GARCÍA. 📍 — GALÁPAGOS. 🗓️ — DÍA 49.
El día 50 estaba a la vuelta de la esquina, y con cada amanecer, un extraño nudo en el estómago me hacía recordar que este viaje estaba a punto de terminar. Tenía ganas de volver a casa, de ver a mi madre y a mi hermano pequeño, pero la idea de separarme de los chicos me pesaba mucho más. Estaba claro que, aunque nos prometiéramos seguir en contacto, nada sería lo mismo una vez que regresáramos a la rutina.
Salí al balcón para tomar un poco de aire fresco y despejarme. El cielo estaba dividido en dos: a un lado, despejado y azul, mientras que del otro, nubes oscuras y amenazantes se acercaban lentamente. Algo en esa imagen reflejaba mi estado de ánimo, esa mezcla de emociones entre la alegría por lo vivido y la tristeza de saber que todo tenía un final.
Me vestí con ropa cómoda, sin tener ni idea de qué nos esperaba hoy, aunque Dani ya había mencionado que uno de los planes sería buscar leones marinos. Me emocionaba la idea de verlos, pero también estaba bastante distraída, perdida en mis pensamientos. Aún así, me dejé llevar por la rutina, esperando a que el día fluyera por sí solo.
Primero, fuimos a la orilla del mar, buscando algún signo de vida marina, pero lo único que encontramos fue el sonido de las olas y la brisa fría del océano. Un hombre paseaba por allí con su hija pequeña y nos comentó que si queríamos ver animales marinos, lo mejor era acercarnos al muelle. Así que sin dudarlo, nos dirigimos hacia allá.
Mientras caminábamos, Plex, con su eterna energía, se detuvo de repente y me llamó con entusiasmo.
—¡Mira, Daniela! —gritó— ¡Mira qué pedazo de lagarto!
Me giré justo a tiempo para ver a Plex acercarse con un lagarto en las manos, y sin pensarlo, solté un grito que resonó por toda la orilla.
—¡Como te me acerques con eso, acabo con tu vida, Yosoygilipollas! —le advertí, señalándole con el dedo mientras retrocedía rápidamente— ¡Quedas avisado!
Los chicos se echaron a reír, y Plex, como siempre, disfrutaba demasiado con mi reacción. Aunque intentaba no demostrarlo, algo en esa escena me hacía sentir que estos momentos eran cada vez más valiosos. Me encariñaba cada día más con sus bromas, incluso cuando me sacaban de quicio.
—Pero, ven, cariño, que no hace nada —intentó convencerme Plex, agachándose frente al enorme lagarto—. Mira, si estoy agachado con él y se la pela.
—Que no, que no —seguí negándome, alejándome unos pasos más.
Plex me miró con una sonrisa traviesa mientras Jopa, siempre buscando cómo meter baza, se acercó a mi lado y apoyó su brazo en mi hombro.
—¿Qué prefieres, que te coma un tiburón o que te coma un lagarto? —bromeó, con su habitual tono socarrón.
—Prefiero tirarme de un quinto piso de cabeza —respondí, rodando los ojos mientras seguíamos caminando por la calle.
