Un sueño especial

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Capítulo 22: Un sueño especial

A medida que el banquete se prolongaba, una energía ferviente corría por las venas de los nobles, provocando que se rindieran al encanto del ambiente tenuemente iluminado.

Antes de que el baile pudiera comenzar, Rhaegar se disculpó elegantemente, sintiendo una ola de somnolencia invadirlo.

Buscando un respiro, se retire a su habitación para disfrutar de una noche de descanso muy necesaria.

En lo más profundo de la noche, el tranquilo sueño de Rhaegar dio un giro abrupto cuando comenzó a murmurar de manera ininteligible mientras dormía.

En cuestión de momentos, se sumergió en una desgarradora pesadilla.

En su sueño, Rhaegar se encontró con Varado en una isla desolada, envuelto en una niebla inquietante bajo un cielo oscuro y amenazador.

Un silencio escalofriante envolvió el aire, roto únicamente por sus propios gritos apagados de ayuda.

Como en respuesta a su angustia, el tranquilo mar que rodeaba la isla estalló en un frenesí tumultuoso y monstruosas olas se estrellaron contra sus costas.

La marea invasora se tragó la tierra centímetro a centímetro, obligando a Rhaegar a buscar refugio en un terreno más alto, con el corazón palpitando de miedo.

A pesar de sus esfuerzos por trepar a un cocotero cercano para ponerse a salvo, las aguas de la inundación continuaban subiendo implacablemente, amenazando con engullirlo.

Justo cuando la desesperación amenazaba con consumirlo por completo, una sombra colosal apareció en lo alto, ocultando la luz de la luna.

Luchando contra su propio terror, Rhaegar intentó levantar la mirada hacia el cielo, pero su cuerpo permaneció paralizado por el miedo.

"Siseo..." vino un susurro siniestro, enviando un escalofrío por su columna vertebral, mientras la sombra descendía más cerca, arrojando un manto helado sobre su pesadilla.

En medio de su creciente ansiedad, un rugido al mismo tiempo familiar y extraño resonó desde todas las direcciones, sacando a Rhaegar de su inquietud.

El estruendoso sonido pareció romperle los tímpanos, asfixiándolos con su intensidad mientras una fría sensación de agua envolvía sus sentidos.

"Agua... tanta agua... helada..."

La repentina desorientación envió ondas de choque a través de su mente, su forma dormida fuera del mundo de los sueños reaccionó con temblores involuntarios y una capa de sudor cubriendo su frente.

"¡No! ¡No!"

Mientras el mar agitaba sus pesadillas, inundando sus tobillos con un terror gelido, Rhaegar se despertó de golpe con un grito de pánico, sus ojos se abrieron de golpe mientras luchaba por sacudirse el terror persistente.

Toc toc...

El sonido de un suave golpe en la puerta acompañó la voz preocupada de Erryk.

"¿Está usted bien, Su Alteza?"

"Eh, no hay agua... Todavía estoy en mi habitación..."

La confusión nubló sus sentidos mientras Rhaegar examinaba sus alrededores, las comodidades familiares de su habitación aliviaban gradualmente los restos de su inquietante sueño.

Después de un breve momento de consideración, Erryk se abstuvo de interrumpir, respetando el espacio de Rhaegar.

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