Canibal

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Capítulo 60: Caníbal

Cuando un Guardián del Dragón susurró: "Príncipe, ¿capturamos a Gray Ghost?", la ira de Cole estalló: "¡Cállate! Un joven dragón gravemente herido atacará en cualquier momento. ¿Quieres quedar reducido a cenizas?". El Guardián del Dragón, enojado pero silenciado, se retiró para vigilar a los guardias mensajeros.

Cole instó a Rhaegar a regresar de inmediato y buscar la ayuda de Lord Robert para rescatar al dragón, preocupado por el peligro que representaba la cueva oscura y el excitado joven dragón.

Pero Rhaegar sacudió la cabeza y murmuró: "Esto es una trampa. No debería haber solo un Fantasma Gris gravemente herido".

—Exactamente. Esa es una razón más para evacuar rápidamente —insistió Cole, con evidente impaciencia mientras intentaba mantener la voz baja.

Retumbando -

De repente, un estruendo resonó por encima de la cueva, como el aullido del viento antes de una tormenta.

Cuando el grupo miró hacia arriba, vieron un gigante cuyas alas parecían cubrir el cielo, flotando sobre Dragonmont.

"¡Siete infiernos!" Los ojos de Cole se abrieron de par en par por la sorpresa, incapaz de apartar la mirada de la impresionante vista.

Con un estruendo resonante, el coloso dio una vuelta antes de planear hasta el suelo y sus colosales pies aterrizaron en los acantilados que había encima de la cueva. Sus afiladas garras atravesaron la roca y aseguraron su posición en la cima de la montaña.

"¡¡Rugido!!" El gigante estiró el cuello, con las alas completamente extendidas, y emitió un rugido ensordecedor que resonó en toda la cueva.

A través de las capas de obstrucción, Rhaegar vislumbró la totalidad del coloso: escamas negras como el carbón, lo suficientemente grande como para rivalizar con una pequeña montaña y un par de pupilas verdes que parecían perforarle el alma.

Cada detalle dejó a Rhaegar atónito, su joven mente abrumada por el gran tamaño de la criatura que tenía ante él.

Este dragón gigante superó todo lo que había conocido antes, empequeñeciendo incluso a Caraxes, a quien había visto sólo unas pocas veces, y a Dreamfyre, que tenía casi un siglo.

"¡Rápido! ¡Rápido, haz que el príncipe se retire!" Cole entró en acción de nuevo, empujando a unos cuantos Guardianes del Dragón a un lado y protegiendo a Rhaegar detrás de él.

"Caníbal... Caníbal..." Un Guardián del Dragón se inclinó hacia delante, su voz temblaba mientras murmuraba el nombre del dragón negro gigante.

—¡Despierta y date prisa! —Cole le dio una fuerte bofetada, la urgencia grabada en cada movimiento.

El Guardián del Dragón, con todo su cuerpo temblando de miedo, logró balbucear: "Este es el Caníbal, el dragón salvaje más grande de la isla".

Cole no entendía del todo el significado del nombre "Caníbal", pero una cosa sabía con seguridad: si no huían ahora, se convertirían en carne de dragón más tarde.

"Rugido..." El Caníbal dejó escapar un rugido bajo y siniestro, su sinuoso cuello se dobló hacia abajo mientras olfateaba el aire, buscando algo.

—¡Príncipe, te sacaré de aquí! —declaró Cole, espada en mano mientras alcanzaba la de Rhaegar.

Pero Rhaegar se soltó de su agarre y permaneció paralizado, con la mirada fija en el enorme dragón negro que estaba encima.

La confusión brilló en los ojos de Cole mientras observaba a Rhaegar temblar, sus pupilas se dilataban y su respiración se entrecortaba.

Juego de Tronos: Soy el heredero por un díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora