Doce

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Jungkook

Bostezo, sintiendo calor. Las piernas de Taehyung se enredan con las mías, su aliento caliente contra mi cuello. De la misma forma que me he despertado todos los viernes y sábados de los dos últimos fines de semana desde que nos hicimos oficiales.

Mis labios se curvan, y no por la razón que deberían. Taehyung está donde yo quiero. Ya debería estar arrancándole el corazón.

Podría usar la excusa de que la venganza definitiva está esperando esas dos palabritas.

Sin embargo, es mentira.

En las últimas dos semanas, algo ha cambiado. La cuenta atrás para mi partida, en una semana, ya no me emociona como antes. El plomo ha ocupado su lugar.

El idiota se ha metido bajo la piel como un maldito parásito y ha cavado su camino en mi carne. Quiero quitarle ese maldito ceño cada vez que sale del despacho de su padre.

Cuando Taehyung me sonríe, siento esas malditas langostas, como él dice.

Lo peor de todo es que me hace sentir completo.

Una parte de mí lo odia. ¿Cómo puedo olvidar lo que me hizo? Pero una parte mayor quiere confiar en lo que veo en sus ojos. Permitirme ser querido y deseado. Casi puedo oír al niño de mi alma suplicando que lo deje salir. La ansiedad sigue ahí, aunque ya no me ahogo en su caos, sino que llega en suaves oleadas. Los momentos son cada vez menores y no me agarran por las pelotas. Ya no me estremezco cuando veo mi reflejo. Taehyung me rompió, sin embargo, también me está arreglando.

-Puedo oírte pensar -Llega la voz de Taehyung en una carraspera matutina. Sus labios rozan mi piel, provocándome un escalofrío mientras aprieta sus brazos a mi alrededor.

-Tengo que prepararme -digo, sin hacer ningún movimiento para salir de la cama, dibujando patrones sobre su piel desnuda.

Taehyung se pone encima de mí y ambos gemimos cuando nuestros cuerpos se encuentran. Aún no hemos tenido sexo, pero noto cómo crece la tensión entre nosotros. Me mira y sus mechones rubios le caen sobre los ojos. Se los quito de encima para ver la expresión mañanera de su rostro.

-Quédate hoy conmigo -me pide, trazando el contorno de mis labios. Le empujo el pecho, haciendo que se mueva para que pueda salir de debajo de él y ponerme los calzoncillos.

-Tu hermano se enojaría -Miro por encima del hombro y veo los ojos de Taehyung clavados en mi culo, lo que me hace sonreír. Él gira y se apoya en el codo, dejando caer la sábana.

Maldita sea.

Quizá cinco minutos no me vendrían mal. Una risita atrae mis ojos hacia él. Enarca una ceja y levanta la sábana, con el pene duro y esperando.

-No juegas limpio -gruño, dirigiéndome furioso al baño y oyendo a Taehyung reír detrás de mí.

Orino y me lavo los dientes. Taehyung viene y se apoya en el marco de la puerta, aún desnudo como el día en que nació. Desde que empezó el verano, Taehyung ha ganado confianza en sí mismo. Ya no teme pedir lo que quiere ni ocultar el calor de sus ojos. Taehyung ya no siente vergüenza cuando me mira y se toma su tiempo para saborear cada detalle como si lo estuviera grabando en su cerebro.

Me observa a través del espejo. -No bromeaba.

-¿Qué? -Frunzo el ceño, escupo la pasta y cierro el grifo.

-Hoy no vas a ir. Te he dado el día libre -Sonríe. Una fina línea entre sus cejas aparece mientras mis ojos se entrecierran.

-¿Qué has hecho?

Intenta sonreír, aunque parece inseguro y confuso. -Ventajas de ser el hermano de tu jefe.

Sacudo la cabeza y paso junto a él, poniéndome los pantalones.

Love Hate •KookV• •Taekook•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora