Love Hate •KookV• •Taekook•

Treinta y dos

Jungkook

 

Paso el dedo por mi teléfono para no molestar a Taehyung.

—¿Cómo va todo por ahí? —pregunta Jeimin en cuanto se conecta el teléfono.

—¿Ni un "Hola"? —Sonrío, preparando un café para Taehyung. Un gruñido sale del teléfono.

—¿Cómo está el tipo, Yoongi?

—Está bien. Va a ser una larga recuperación. Estaré aquí más tiempo de lo que pensaba.

La verdad es que no sé cómo voy a irme. Necesito encontrar una manera de hacer que todo funcione.

—Tómate todo el tiempo. Aquí lo tenemos todo bajo control. ¿Y estás seguro de que tu amigo está bien?

—Lo vi ayer. Se ve como la mierda, pero sí —respondo. Se trata de Jeimin, nunca ha conocido a Yoongi, sin embargo, su preocupación llega a través del teléfono.

—¿Sabes algo de Remy? —pregunta, cambiando de tema. Remy y yo seguimos siendo íntimos, solo amigos, aunque nos hablamos y vemos con regularidad.

—No, tengo que mandarle un mensaje.

—Sí, podría ser una buena idea. Lo último que supe es que está saliendo con Jett Black.

—¿El rockstar? —Frunzo el ceño, Remy tiene una personalidad adictiva, y si los rumores son ciertos, Jett Black es una pésima noticia—. Lo llamaré.

Se me eriza el vello de la nuca mientras me recorre un escalofrío.

Miro por encima del hombro y veo a  Taehyung entrar en la cocina.

—Cuídate. Si necesitas algo, llámame. Lo digo en serio, Jungkook.

—Gracias, amigo —respondo antes de desconectar la llamada.

—Iba a despertarte cuando se hiciera el café. ¿Estás bien para andar por ahí? —Me agarro al aparador para no ir hacia él.

—El médico dijo que no me quedara en la cama — Taehyung se sienta en un taburete, haciendo una mueca de dolor al hacerlo, y yo le paso la taza, agarrando una botella de agua para mí.

—¿No vas a tomar también? —pregunta, soplando el vapor. Niego con la cabeza.

—No lo bebo más.

Taehyung abre los ojos. —Antes te encantaba.

—Todavía me gusta, pero ya no me atrae —Frunce el ceño ante mi respuesta. Me apoyo en la isla—. La cafeína puede imitar un ataque de ansiedad, provocando palpitaciones, así que la dejé.

Las cejas rubias se levantan. —No lo sabía —Se queda mirando su taza.

Se hace el silencio mientras mira a su alrededor. —Tiene buen aspecto —dice dirigiéndose a la sala.

—Me gusta —digo yo, echando un vistazo, y un sentimiento de orgullo me recorre.

Sus ojos miran los míos. —Es diferente, pero igual. Me está dando vueltas en la cabeza —Se frota las sienes.

—El dueño quería conservar lo que podía. Este lugar es sólido — Siento que mis cejas bajan mientras sigo las venas del mármol. ¿Por qué no me he referido a mí mismo como el propietario? ¿Por qué no le he dicho que es mi casa?

—Gracias por la ropa —dice, mirando el diseño. Tiene un viejo corazón al estilo de un tatuaje, envuelto en alambre de cuchillas, con sangre goteando por las puntas. —Los he visto por todo Internet — Sonríe—. Siempre quise uno —Se encoge de hombros, omitiendo que no podía permitírselo.