Otra vez

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Miré a Mina, que se descojonaba y morí de vergüenza. Bakugo ya había bajado de la tarima a regañadientes, así que  hice lo mismo pero Hawks me detuvo 

—Aún hay una pequeña sorpresa

Fruncí el ceño, sobre todo porque él se veía un poco nervioso, pero decidí no darle mucha importancia ya que había muy buen ambiente y me sentía toda una campeona

¡Le había pateado el trasero a Bakugo! Cómo deseaba podérselo restregar toda la semana

Fue en ese pequeño instante cuando desvié la mirada hacia la puerta, como todos, al oír su crujido, y toda mi alegría se evaporó

—Dadle la bienvenida al actual número uno

Deku ingresó vestido con un conjunto deportivo negro, mirándome fijamente con esos penetrantes ojos verdes. Sentí que me asfixiaba, que todo se reducía a cómo la gente le habría paso hacia la tarima, así que solo me quedó encarar a Hawks

—¿Creíais que no iba a unirse a estos entrenamientos?— preguntó Aizawa al ver la sorpresa colectiva, posando sus ojos sobre mi y deteniéndome— tarde o temprano vendría— y esas palabras las sentí como una especie de advertencia, como si me empujaran a resolver lo que estaba tan roto entre nosotros

¿Acaso eso era posible? 

Apreté los puños mientras procesaba lo que estaba pasando y llegué a la conclusión de que pensaron que ganaría Bakugo y sería él quien se enfrentaría a Deku. Seguro que no lo sabía nadie, solo Hawks y Aizawa.

Tampoco me giré a ver a mis amigos, mis piernas simplemente no respondían, solo mi cabeza yendo a mil por hora junto a ese horrible tembleque de mis manos

Cuando subió a la tarima creo que contuve el aliento. Habíamos entrenado muchas veces juntos, siendo él siempre benevolente, pero algo me decía que esta vez no lo sería, ¿Tal vez su seriedad? ¿Ese brillo extraño en sus ojos?

¿Y si le ganaba? ¿Y si así entendía que siempre me había infravalorado? 

Me armé de valor y por fin mis piernas me respondieron para recoger mi arma mientras él elegía la suya: un pequeño cuchillo

Toda la sala estaba callada, incluso algunos no se atrevían ni a moverse, así que fue fácil ver como Mina salía de su asombro y avanzaba hacia Hawks muy enfadada. Podía sentir toda esa presión, incomodidad y preocupación pero no podía hacer nada y Mina tampoco

—Sé que no puedo hacer nada para que me escuches— dijo y su voz resonó solo para nosotros dos— pero te demostraré que no eres tan fuerte como crees 

Toqué el frío metal de la barra para comprobar que lo que había dicho era verdad y no lo había imaginado. No, no lo había hecho y mi cara seguro que se descompuso porque él me miró con más intensidad

¿Qué había dicho? 

Arrugué la nariz y los ojos, centrándome solo en él, lo estúpido que era y la rabia que me provocaba, ¿Cómo podía decir eso sin morderse la lengua? ¿Cómo podía creerlo? Así que no pude esperar más y me abalancé sobre él

Deku se tambaleó pero no cedió así que intenté asestarle un puñetazo, pero me desvió con el mango del cuchillo

Estábamos muy cerca, casi rostro con rostro mientras forcejeábamos,  hasta que noté un horrible pinchazo en el abdomen. Deku también se dio cuenta de que me distraía y lo aprovechó para cortarme la mejilla 

Me aparté de un salto para tomar algo de distancia y comprobé que la herida de Bakugo estaba sangrando demasiado. Joder.

Gruñí y todo el pabellón vio como me quitaba la camiseta, quedándome en sujetador deportivo, y me la ataba como un torniquete. Qué maldita vergüenza, aunque Deku no me dejó mucho tiempo para redimirme, porque me dio un golpe seco en el esternón. 

Una nueva etapaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora