Una nueva etapa

Casa

Ser una lisiada por una semana es el peor castigo que me han podido dar.

Tomo tantas pastillas que me paso la mañana durmiendo, luego hago estiramientos con la pierna e intento curarme los puntos yo sola; siete en total.

La verdad es que no me apetece pensar en Deku, en la pelea, en la agencia... Intento no hacerlo, pero cuando se me escapan los pensamientos siento una terrible presión en el pecho

Presión que acallo tomando chocolate hasta que mi barriga deja de funcionar

—¿Y qué me dices de este?

Mina se pasa todos los días unas cuantas horas para hacerme compañía, justo las mismas que Kirishima la abandona para trabajar. Él ha sido de los pocos que no han salido heridos y se pasa casi todo el día cubriendo los turnos que esta semana están vacíos.

Saca el libro de la estantería y lo hojea

—No te gustará, es de fantasía

A Mina solo le gustan los romances pegajosos y llenos de acción en la cama.

—Por lo que veo, es el género que más te gusta— dice observando la estantería— ¿No te parece una mierda? ¿Tener las expectativas tan altas con los hombres por culpa de estos protagonistas llenos de músculos y orgullo?

—Tú ya tienes a tu propio hombre musculoso y orgulloso en casa— digo mirándola de soslayo, aburrida como una ostra. Ella solo levanta los hombros y continua inspeccionando la estantería con su mano buena. Han pasado unos días y su muñeca se ve mucho mejor, pero no para de rascarse el cabestrillo.

—¿Te pica?

—Horrores— dice con una mueca— y aprieta muchísimo— de repente su teléfono empieza a sonar y lo mira con una sonrisa— mi hombre musculoso y orgulloso ya ha llegado, ¿Mañana a la hora de siempre?

Asiento y sale con una alegría que llenaría el corazón de cualquier persona. 

Cunado se va, me quedo mirando fijamente el lugar donde estaba, pensativa, aburrida.

Bakugo también hizo un gesto de incomodidad con el cabestrillo, ¿También le picará? No he sabido de él más que los portazos que da cuando entra en su casa y lo que Mina sabe por Kirishima; al parecer está de un humor horrible y continuará así hasta que vuelva al trabajo

Resoplo y me acomodo en mi silla sin poder evitar sentirme mal por él, por haberle provocado las lesiones... Seguramente está muy aburrido en casa, tanto como yo... Y no puedo evitar que eso me sepa mal, porque dudo que vaya alguien a entretenerlo como a mi me entretiene Mina

¿Pero y si sí fuera alguien a quitarle el aburrimiento?

Las comisuras de mi boca se levantan un poco, no se si por la idea que me provoca molestarlo o porque así yo estaré menos aburrida

Sea como sea, tengo una idea

Así que, con todo el dominio que tengo sobre mi silla (poco), tomo un libro y salgo por la puerta. Llamo tres veces y espero impotente desde mi pequeña altura de lisiada, unas malas palabras, un chasquido y veo su rostro inflexible y malhumorado, como siempre

Aprieto el libro contra mi pecho

—Hola, ¿Cómo llevas la semana?

Él me mira por unos momentos y me enseña los dientes

—¿No te había dicho que desaparecieras por una semana?

Hago todo lo que puedo para no fulminarlo, así que aprieto aún más el libro y me concentro en esos rasgos picudos