Ochako

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La tierra tembló con la primera explosión, también con la segunda. 

Se mantuvo así por unos momentos, mirando a los árboles, perdida, hasta que sus ojos cayeron sobre una pequeña pintada

Izuku 

x

Uraraka

Y eso fue todo

Las lagrimas empezaron a caer una detrás de otra seguidas del temblor de sus piernas, que la tiraron al suelo con fuerza. Se tambaleó e intentó hacer el mínimo ruido mientras jadeaba, asimilando todo ese dolor como una bofetada. 

Inhaló y se enjuagó las lágrimas, pero no funcionó, solo tembló y jadeó

¿Pero que estaba haciendo?

¿No se suponía que estaba allí para empezar otra vez? ¿Para demostrarles a todos su valía? ¿Qué era fuerte? 

Golpeó el suelo, una, dos veces, y se levantó, con los ojos completamente cegados sobre ese árbol

——————

Bakugo se movía de un lado a otro intentando esquivar las numerosas ramas que el estudiante de primero le estaba lanzando, algo que no era para nada difícil, pero tampoco quería pasarse con ellos. 

A sus espaldas su compañera gritó y le cayó una ráfaga de agua que lo caló hasta los huesos

Genial

Se cabreó

MALDITOS NIÑATOS

—¡Corre! ¡Quítale la bandera!— el chico corrió y Bakugo lo frenó, lanzándolo unos cuantos metros

—¡Mojarme no me deja inválido! ¡Mocosos!— y avanzó tan rápido que apenas las raíces pudieron hacer nada, pero la chica lo volvió a mojar y se giró hacia ella completamente en cólera

Esos malditos niños sabían que no le gustaba para nada el agua y se sentía un maldito maestro de parvulario detrás de ellos

Hasta que vio por el rabillo del ojo que el chico le había robado la bandera

—¡MALDITO MOCOSO!— gritó y otra ráfaga de agua lo empapó, esta vez más fuerte

En cambio, el chico corrió con todas sus fuerzas con los ojos ya brillosos por ver la salida tan cerca

Pero aminoró al ver algo extraño tapando la entrada

¿Eso era un árbol?

—¿A donde vas tan rápido?— el chico se dio cuenta e intentó frenar, pero aún iba demasiado rápido cuando Ochako movió el tronco y se lo lanzó, robándole la bandera justo a tiempo

El chico se giró y tocó la tierra con sus manos, lanzando las raíces a sus pies, pero Ochako se elevó justo a tiempo con una zancada que le permitió llegar hasta donde estaba Bakugo

La chica rápidamente le lanzó agua pero se congeló al ver que las gotas no impactaban, solo flotaban a su alrededor mientras Ochako aterrizaba con la bandera entre las manos

Una nueva etapaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora