¿Alguna vez has sentido que tu vida gira entorno a algo en concreto? Como si una especie de fuerza sobrehumana te dirigiera una y otra vez a aquello, sin importar las decisiones que tomes. Esa sensación de tener una especie de cuerda, un hilo, rodeando tu ser y conectándolo a ello. Se manifiesta con reacciones involuntarias, con un gesto, una mirada o un acercamiento apenas notable.A Martin le ocurrió cuando entraba en su vestuario, lanzando una ojeada a la puerta adornada con el letrero de The Street Symphony.
También al terminar su turno, tras los últimos acordes de Somewhere Only We Know, cuando abrió los ojos y recorrió en público en busca de aquella mirada verdosa que ansiaba tener cerca de nuevo.
Cuando tuvo que aguantar las lágrimas al ver la actuación del mayor, quien parecía desgarrarse sobre el escenario al ritmo de A Tu Vera, bailando de una manera insólita. Contando la leyenda completa sin hablar, solamente con sus movimientos.
Y cuando el jurado anunció sus puntuaciones, otorgando a Urban Beat 81 puntos y a The Street Symphony, 83. Porque por una vez en su vida sintió que realmente merecían quedar por delante de ellos en esa prueba. No sintió rabia, ni frustración; solo comprensión. Comprensión y un poco de orgullo, aunque no lo fuese a admitir.
Ese hilo, esa fuerza incontrolable le mantuvo alerta durante toda la exhibición, observando cómo despedían a los eliminados y les daban las indicaciones para la siguiente prueba.
Le fue imposible no sentir una sacudida en el estómago al saber que tendría que hacer una grupal. Quedando solamente 4 grupos en la competición, coincidió de nuevo con el grupo de Juanjo.
Juanjo, con quien solamente había compartido miradas cargadas de significado desde aquel paseo bajo la luna por las calles de Sevilla.
Juanjo, con quien tendría que disimular semanas enteras de ensayo conjunto en Málaga, tratando de mantener las manos apartadas de su espalda, la cual parecía gritar su nombre.
Juanjo, quien lentamente se estaba convirtiendo en su perdición, pero no podía darle más igual con tal de sentirle cerca.
Todas estas emociones revoloteando en el interior de Martin, mientras se escabullía de Ruslana con una excusa barata y recorría la multitud en busca del maño.
— ¿A quién buscas con tantas ansias?
Juanjo, allí presente. Con una sonrisa socarrona adornando su cara, haciendo que Martin esbozase otra similar sin poder evitarlo.
— ¿A quién esperas tú con tanta impaciencia?
— Llevamos aguantando demasiado, Martin. No te hagas de rogar.
— Me gustaría ver eso. Solo si implica que te arrodilles, claro...
— Cállate. Vámonos de aquí.
[...]
— ¿Estás nervioso? —preguntó Martin con tono burlón.
Juanjo trataba, sin éxito, introducir las llaves en la cerradura de la puerta de su habitación, la 423.
— A que te vas a dormir a tu camita solito. —amenazó fulminándole con la mirada.
— Dormir no es lo que tengo en mente ahora mismo. Anda, déjame a mi.
Entraron, nerviosos y alterados, sin ser muy conscientes de su alrededor. Como en una especie de estado de embriaguez parecido al de aquella noche que compartieron días atrás, pero sin haber tocado ninguna sustancia esa vez.
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rhythm revolution | juanjo y martin
Fanfictiondonde martin, el bailarín principal de Urban Beat, no soporta al capitán de The Street Symphony desde que le ve por primera vez, o donde juanjo lleva años admirando a los de Urban Beat, y se lleva una decepción al conocer a su maleducado capitán.