—Deberias desvestirte—
Alma arquea su ceja ante la orden de uno de los hombres de Iván.
—¿Cómo pretendes probarte ropa nueva?—Señala lo obvio otro de ellos.
Ella comienza a desvestirse hasta quedar en ropa interior. Entrega cada prenda a sus secuestradores. Ellos comienzan a revisar sus bolsillos, a su vez, Alma comienza a vestirse.
—¿Que tenemos aquí? ¿No eres muy joven para fumar?—
Alma, con el pantalón y la camisa del traje recién puestos, los observa con cierto desconcierto.
—Van a prostituirme.—afirma ella.—Ya que estamos, quiero uno.—extiende su mano.
—No. Te quedará un olor a cigarrillo. Y ni hablemos del aliento.—
Aparta los cigarrillos, pero ella toma uno de todas formas.
—¿Nunca oíste hablar de los perfumes? ¿O de los chicles?—bromea.
—Nadie tiene un chicle para darte aqui— contesta enojado otro de los sujetos intentando quitarle el cigarro. Pero Alma es tan veloz cambiando de mano que le resulta imposible.
—Yo tengo unos "caramelos"—afirma ella.—en el otro bolsillo,—señala su campera—tienen un sabor horrible. Pero jamás me han descubierto gracias a ellos. Eso sí debes comerlos antes de fumar—
—Imposible—
—¿Quieren probar?—
El sujeto que sostenía su campera toma los "caramelos" y los reparte entre sus compañeros. Todos los prueban, haciendo una expresión de asco al sentir su sabor. Pero se acostumbran rápido.
—¿Y bien? ¿Me prestas tu encendedor?— pide amablemente la morocha.
—Todavia no sabemos si funciona.—los secuestradores comienzan a fumar.—Despues de probarlos te dejaremos.—
—Por ahora—Otro de los sujetos la obliga a sentarse.— que te peinen.—
—¡Hey!— señala a una chica en otra habitación, quien lo observa confundida.—Si, tú. Planchale el cabello.—
—¿Porque tanto?—cuestiona otro de los sujetos, mientras arrastraba una silla para tomar asiento.—El jefe dijo que la peinen, no hace falta tanto detalle.—
—¿Porque no? Quiero ver cómo sería si realmente se viste de mujer—Bromea el sujeto.
A lo que Alma responde con una sonrisa sarcástica.
—Muy gracioso—responde con el mismo sarcasmo de su sonrisa— Pero no importa como luzca, sigo siendo mucho más atractiva para las mujeres que tú.—
La chica comienza a peinarla. Preparándose para alisar su cabello.
—Seguro.—bromea el sujeto, no muy contento con esa respuesta—A ver linda...—señala a la chica—¿Con cual de los dos te quedarías? ¿Conmigo? ¿O con ella?—
La chica tiembla y permanece en silencio. Haciendo obvia su respuesta. Enojando al sujeto. Pero Alma desvía su atención, una vez más.
—Ella no cuenta.—reclama—Su respuesta está condicionada.—
—¿Condicio... Que?—
—Condicionada corazón. Significa que mientras tengas un arma apuntando su cabeza o el collar en su cuello, ella responderá lo que tú quieras oír. Nunca la verdad.—
—De todas formas, en otra circunstancia ella si lo habría preferido a él—Aclara otro de los sujetos.—Si no, no habría aceptado su trago.—
—¿Que trago?—cuestiona el que estaba discutiendo con Alma, mientras la chica alisaba su cabello largo.
—¿No te acordás de como la trajimos?—señala el sujeto.
Uno de ellos bosteza. Contagiando a los demás.
—Ahh... Si. Ya me acordé. Nena, ¿Tus padres no te enseñaron a no aceptar bebidas de extraños?—Bromea el secuestrador.
Los demás ríen, a pesar de comenzar a sentir un pesado cansancio sobre sus hombros. Cansancio que se traduce en más bostezos contagiosos.
—¿Cuánto puede tomar un alisado?—cuestiona uno de los agotados secuestradores.
—Ya casi termino.—contesta la chica.
—¿Cuál es la prisa?—reprocha Alma.—Mi nuevo dueño ni siquiera está aquí.—
—Pero llegará en cualquier momento...— vuelve a bostezar. Para luego recostar su cabeza sobre la mesa. Acción que sus compañeros copian. —Y todavía falta que te maquillen—
—Tiene que parecer que no se maquillo. El jefe dijo que Matteo las prefiere "Al Natural"— aclara el otro secuestrador, antes de rendirse ante el sueño.
Todos se durmieron. La chica ya terminó con el cabello. Alma intenta levantarse, pero es detenida por ella.
—No escuchaste, todavía falta el maquillaje.—
—Estan dormidos—aclara la morocha. Ella comienza a maquillarla.
—No lo estarán por siempre.—
Alma sede, momentáneamente, a su pedido. Sabe que no sería prudente hacer algo, sin primero tenerla de su lado. Los peones pueden ser reemplazables, pero también son útiles, para ganar una batalla.
—¿Y si dijera que no despertarán?—la chica detiene el labial color durazno—Al menos no por tres días.—
Ella ríe y continúa con su tarea.
—Como si eso fuera posible—
Asegura, para continuar con el toque final. La máscara de pestañas.
—Mi mayor habilidad es volver lo imposible, posible. ¿No tienes idea de quién soy?—
Ella niega.
—Soy un fantasma. Vine a arrastrarlos al infierno. ¿Te gustaría ayudarme?—
La chica observa a los sujetos, esperando que no despierten. Señala su collar, el de Alma también.
La morocha tatuada se levanta de la silla. Ya terminaron con su cambio de Look. Se coloca el blazer que termina de completar su traje blanco. Con el cabello negro a la cintura. Ahora sí, no puede negarlo, es igual a su madre.
Quita sin mucho esfuerzo y, sobretodo, sin consecuencias, su collar. Luego el de la chica y lo arroja lejos.
Ella llora al darse cuenta que sus plegarias podrían haber sido respondidas. Tal vez, hoy sería libre.
—¿Cómo lo hiciste?—pregunta entre lágrimas.
Alma camina hacia el sujeto que se burló de la chica. Y observándolo bromea.
—Sus padres tampoco le enseñaron a no confiar en extraños.—
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TQF: "Te ame en tu otra Vida"
RandomCada familia es un mundo. Cada una tiene sus propios secretos. Pero apuesto a que ninguna como la de los Belova. ¿Podrás descubrirlos? La Familia Belova es poderosa, más de lo que siquiera se pudiera imaginar. Manejan el mundo desde las sombras, a...