Después de Amarte (GL)

8. Confesión

—Isabel —La castaña se encontraba impaciente esperando en la puerta del aula, pues no entendía el distanciamiento que Isabel tenía con ella los últimos días.

—Ya es tarde Maritza, entremos.

—Primero dime, ¿por qué estás así conmigo? ¿Qué hice? —no la dejaba pasar.

—No hiciste nada así que tranquila.

Maritza se estaba frustrando y la tomó de la mano para llevarla a su escondite Isabel estaba avergonzada y se puso algo dura tratando de quitar la mano de la castaña pero tampoco lo impedía porque no quería llamar la atención y al final tuvo que ceder e ir con ella.

—Si sabes que nos van a castigar por no llegar a tiempo ¿Verdad?.

—¿Por qué estás así? —ignoró lo que la otra chica dijo.

—Ya te dije que no pasa nada y si a ti no te importa que te regañen pues a mí si, claro, como tú eres buena en historia te es fácil faltar a clases.

Maritza se tensó con lo que dijo Isabel y recordó la propuesta del profesor.

—Escúchame muy bien, no quiero que te acerques al profesor Javier.

—Tengo que hacerlo, ¿acaso olvidas que es nuestro profesor?.

—Solo no lo hagas a solas por favor, si te pide ir a su oficina anda acompañada —la pequeña sintió esa súplica en la mirada de Maritza

—Ok, pero... ¿Pasa algo? o, ¿Pasó algo? —se empezó a preocupar por la forma en que se lo pedía.

—No, nada —mintió e Isabel no sabía si creerle o no

—Bueno, si eso es todo entonces me voy.

Maritza la tomó del brazo para que no se fuera y la acercó hacia ella y en su susurro dijo "quédate".

—De no gustarte el contacto físico últimamente lo haces más a menudo ¿No? —expresó Isabel.

—No me molesta cuando se trata de ti

—Tampoco con Nicole —ambas se miraron con sorpresa por como lo había dicho.

—¿De qué hablas? Tú misma me pediste que me acercara a ella, ¿Qué es lo que te molesta ahora?.

—No me molesta nada —se encontraba avergonzada porque era consciente de que si se oyó a reproche.

—No sé que tienes Isabel, desde el cumpleaños de Nicole me estás ignorando y cuando las acompaño ni siquiera te despides de mi.

—¿Para qué? Si ya estás entretenida con Nicole —y otra vez lo dijo de mala manera evidenciando su molestia.

—Las acompaño a las dos, no solo a ella pero parece que ustedes se ponen de acuerdo para torturarme, una semana me tratas bien tú, pero ella no, y la otra que sigue ella me trata bien pero tú me ignoras.

—Y dime algo, ¿Qué te molesta más? ¿que no te hable ella o yo? —Maritza se sorprendió por la pregunta y ni ella misma entendía el por qué quería estar cerca de ambas chicas.

—Isa —la castaña suspiró —solo tengo dos amigas que son Luz y otra que no conoces, creeme que si no hubiese ocurrido lo del baño la primera semana, ustedes seguirían siendo unas simples compañeras más como veo al resto.

—No entiendo

—Puede que contigo haya tenido un poco más de cercanía y te aprecio, pero también decidí darle una oportunidad a una posible amistad con Nicole y yo soy la que no entiende porque eso también me lo pedías ¿Qué cambió?.