Después de Amarte (GL)

17. Feliz cumpleaños

"¿Ya te estás peinando?" —preguntó Maritza al teléfono con Isabel.

"Recién lo harán, supongo que demora"

"Por eso yo no quiero nada de fiesta cuando me toque a mi"

"Ya veremos, bueno ya tengo que cortar"

"Te verás muy bella hoy, estoy segura de eso burbujita"

"¿Vas a venir verdad?

"Ahí estaré con Giannella, pero quisiera pedirte algo por favor"

"Rápido que ya me están llamando"

"¿Puedes escaparte un rato conmigo? Después de la ceremonia, o sea en plena fiesta, no creo que se den cuenta, ¿Si?"

"No creo que sea una buena idea Mari"

"Por favor, solo media hora ¿si?, no te preocupes mi papá nos llevará y nos regresará a la fiesta"

"Bueno está bien"

"Gracias burbujita, te veo más tarde"

La llamada se terminó y Maritza estaba feliz de por fin estar bien con Isabel. Ambas hablaron de todo lo que sucedió como del chantaje del profesor Javier y la pequeña le explicó el por qué de su alejamiento, aunque la castaña entendió, pero quería descubrir quién le mandó esas fotografías de ellas dos besándose a la mamá de Isabel.

Maritza sabía que iba a ser difícil no poder acercarse como quería y aunque estaba segura de que moriría de celos por verla bailar con Mauricio, entendía la situación.

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La ceremonia iba a empezar y Maritza estaba nerviosa y feliz por su pequeña porque sabía que ella anhelaba su fiesta y lo estaba cumpliendo, solo se lamentaba que Mauricio sea el chico quien la llevaría con él y bailarán juntos el vals.

—Mari, ¿todo bien con Isa? —preguntó Nicole en un susurro.

—Todo bien, tranquila

—¿Están juntas? —volvió a preguntar pero la castaña no sabía si responder con la verdad porque Isabel le pidió discreción.

—¿En qué sentido? —la pelinegra se apegaba más a Maritza.

—Creo que mi pregunta es clara Mari, o sea ¿Son novias?

—No, Nicole, no somos novias —"todavia" pensó la castaña, se le hizo fácil responder porque en realidad no estaba mintiendo.

La ceremonia transcurría con normalidad e Isabel bailaba con sus familiares y amigos.

—¿No te molesta que baile con todos, menos contigo? —preguntó Gia a su hermana.

—Es su momento Giannella, que disfrute y además no tengo por qué enojarme.

—Tienes razón, ¡Wow!, mira Itza, mi princesa se ve hermosa, no sé, creo que me tomaré en serio eso de conquistarla.

—A ti ni te gustan las mujeres —respondió con simpleza porque sabía que Gia solo lo decía para molestarla.

—No quiero que me gusten las mujeres, hermanita, me basta con Isabel.

Maritza se empezó a preocupar por la seriedad con la que su hermana hablaba y ya no estaba segura de si estaba bromeando, además de que si miraba toda embobada a Isabel.

—Mira Gia, en esa mesa hay chicas lindas, y chicos, muuuchoos chicos que son atractivos —quiso distraer la atención de su hermana.

—¿Tú qué haces fijandote dónde hay chicas lindas Maritza? ¿Ves?, por eso Isabel debe fijarse en mi, porque yo si soy fiel.