11. Corazón roto

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—¿Puedes sentarte aquí? —palmeó a su costado para que la pequeña se sentara a su lado.

—Mari no podemos saltarnos las clases, debemos regresar.

Maritza la miraba con algo de tristeza e Isabel lo notó, así que se sentó junto a ella.

—¿Qué pasa Isabel?

—Nada Mari, solo debemos regresar al salón.

—Quiero entenderte, por eso quiero que hablemos y no quiero suponer cosas, no quiero creer lo que ya me han contado por eso quiero hablar contigo.

—¿Qué te han dicho?

—Creo que ya sabes Isa.

Isabel se paró con la intención de irse, pero Maritza rápidamente la detuvo y se puso delante de ella para evitar su paso.

—Isabel, estás haciendo que mi paciencia se acabe, estás rara y no sé de ti, no me respondes ¿y ahora actúas así?.

—Ya te dije que no pasa nada Maritza.

—Por lo menos dime, ¿Estamos bien?

—Estamos bien Mari —la castaña se acercó para abrazarla pero Isabel se alejó.

—Me queda claro que estamos muy bien —sonrió con ironía.

—Maritza por favor, regresemos a clases.

—¿Estás con él? —preguntó ya frustrada.

—¿Qué?

—Responde, ¿Estás con Mauricio?

—No tengo por qué responderte eso

—¿No? —definitivamente la castaña ya estaba perdiendo su poca paciencia que le quedaba.

—No Maritza, no tengo por qué hacerlo

—¿Ya no te importo? —preguntó con su voz quebrándose

—Claro que me importas, eso nunca va a cambiar

—¿Entonces?, ¿ya olvidaste en lo que quedamos? ¿Olvidaste lo que tenemos? Por favor, dime algo, Isabel.

—Cuando iba a verte a tu casa, no quise tocar el tema por respeto a ti, pero esta situación, lo que pasó, no lo puedo superar.

—Me pasó a mi, no a ti.

—No confiaste en mi y quiero que me digas por qué lo hiciste, ¿Por qué cediste Maritza?

—¿Qué? ¿me estás hablando en serio?

—Querias hablar ¿No?, pues responde.

—Ok, querías regresar a clases ¿No?, pues regresa.

—No, ahora me respondes

—No puedo creer que te importe más el motivo del chantaje que lo que estuvo a punto de hacerme.

—No confundas las cosas, si pudiera regresar el tiempo y evitar eso lo haría, pero también soy consciente del por qué lo hiciste.

—Isabel, yo regresé con toda la ilusión de verte otra vez y con la intención de superar todo pero junto a ti, contigo peque..

—Sabes que siempre tendrás mi apoyo.

—¿ah, si?, ¿Cómo? ¿Ignorando mi existencia?

—No te ignoro

—Ya déjate de juegos Isabel, sé clara y dime de una vez, ¿Qué tienes con Mauricio?

—No es asunto tuyo lo que yo tenga con él.

—Claro que es asunto mío, que yo sepa tú y yo estamos en planes o estábamos, solo que yo no sabía.

Después de Amarte (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora