18. ¿Fue ella?

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—It..Itza ya...ya..tenemos que irnos

—Solo..unos..minutos...más —la castaña estaba totalmente nublada y empezó a besarle el cuello con intensidad.

—Maritza, Itza...cariño, paremos..

—Solo un poco más peque..

Isabel quería seguir pero era consciente de que no era el lugar, ni el momento y tuvo que empujar levemente a Maritza.

Cuando la castaña reaccionó y la miró, se sintió culpable y se levantó inmediatamente.

—Perdóname, perdóname, Isabel.

—Maritza, no te preocupes —la pequeña se sentó en el borde de la cama

La culpabilidad de Maritza era tanto que le costaba respirar, por poco casi tuvo una crisis de ansiedad, pues ella sabía lo que era que te obliguen a hacer algo así y no se perdonaba que ella se lo estuviera haciendo a la persona que quería.

—Perdóname —se acercó a la pequeña arrodillándose frente a ella tomándole sus manos —te prometo que no volverá a suceder.

—Maritza, no te sientas culpable —Isabel soltó las manos de la castaña para acariciarle el rostro.

—Perdóname, estuve mal y no debí, lo siento.

—Maritza, no quiero que pienses que me estabas forzando, por mi hubiese seguido pero debemos ser conscientes en donde estamos y además no tenemos mucho tiempo y no quiero que se dé así.

—Solo quise darte tu sorpresa y terminé por estropearlo todo, perdóname Isa.

—Lo hicimos las dos, solo que yo tuve un poquito más de fuerza de voluntad

—¿Me regalas un poco?

—¿Qué cosa?

—Fuerza de voluntad —ambas se miraron y sonrieron.

—Regresemos a la fiesta antes de que se me arme un problema ¿si?

La castaña asintió y llamó a su papá para que las vuelva a llevar, sin embargo, en el trayecto, Maritza se sentó al otro extremo de los asientos, aún se sentía culpable y no quiso incomodar a su pequeña.

—¿Dónde estabas? —cuestionó la mamá de Isabel.

—Ya te dije que la mandé a recibir a un invitado, no la asfixies mujer es su día y por favor déjala respirar —respondió el papá de la pequeña —hija, ve con tus amigos y diviértete.

Los adolescentes se la pasaron bailando y por momentos, Maritza se incomodaba cuando Mauricio se le acercaba demasiado a Isabel y lo mismo pasaba por parte de la pequeña cuando Nicole se le acercaba más de la cuenta a Maritza.

Giannella se percató de la hora y le dijo a su hermana que ya era momento de irse.

—Isa, ya nos tenemos que ir —Gia apartó a Isabel para despedirse —me gustó tu fiesta y te veías hermosa.

—Gracias por venir Gia

Maritza por su parte no sabía cómo despedirse de Isabel, ya que desde que llegaron se mantuvo algo distante por lo que había sucedido anteriormente.

—Bueno, nos vemos el lunes Isabel —la castaña hablaba tímidamente.

—Nos vemos el lu...

—Mari, tu papá se ofreció a llevarnos—interrumpió Nicole.

—Emm...—miró a Isabel por instinto —si claro, vamos.

—Nos vemos el lunes Isa, ya me cuentas luego como te fue con Mau.

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