𝗧𝗼𝘄𝗻 𝗟𝗼𝘃𝗲. ะ❀；|KookV

Capítulo 14.

La luz se filtraba suavemente por la ventana, mostrando los primeros rayos de sol, indicando que la mañana había llegado. JungKook soltó un suspiro y peino su cabello hacia atrás. Nada fuera de lo común hasta que sintió un peso sobre su pecho. Rápidamente la realidad lo regreso al presente. TaeHyung estaba dormido sobre el mientras lo abrazaba como acostumbraban. El muslo del castaño reposaba encima de sus piernas mientras que ambos torsos se juntaban, el de TaeHyung sobre el suyo.

JungKook tenía que irse pero antes quería admirar un rato más le belleza del castaño. Se veía como un ángel, no tenía palabras para describirlo. TaeHyung era lo único bueno en su vida, una persona que lo endulzaba literal y metafóricamente. Su chico siempre le preparaba postres nuevos, JungKook no sabía de donde sacaba tanta energía pero solo el hecho de verlo tan entusiasmado le llenaba el corazón y vaciaba su estomago, terminaba con la bandeja entera, todo por mantenerlo contento.

TaeHyung era incondicional con el y le había fallado. Lo había traicionado de la peor manera y el ahora no confiaba en sus palabras, claro ¿y como hacerlo? Pero iba a hacer todo lo posible para estar junto a él y a su hijo. Sin importar si tenía que arrodillarse frente a sus suegros, iba a ganarse su respeto.

— Tengo que irme, solecito. Volveré por la tarde para disculparme. — JungKook beso la frente del doncel y este soltó un suspiro entre sueños. Sin más el pelinegro se levantó con cuidado cambiando su ausencia por una almohada. — Te prometo que jamás te fallare otra vez.

JungKook camino hasta la ventana y sonrió, en eso la manija de la puerta se movió causando que el pelinegro entre en pánico. Rápidamente JungKook salió por la ventana y se sostuvo de la rama. No podía soltarse o haría mucho ruido y lo descubririan, además estaba bastante alto como para saltar.

— Ya no tiene fiebre. — La mujer soltó un suspiro de alivio y apretó la mano de su hijo para después besarle el dorso de esta y apoyarla contra su frente. — Solo debe descansar un poco, por ahora solo duerme. — Comentó el médico dándole algunas bolsas de té a la mujer. — Que beba esto por algunos días, lo ayudará con el embarazo.

— Muchas gracias, Doctor. — El hombre hizo una reverencia. — Gracias por venir. — El hombre se despidió y salió dejando a la pareja sola. — Esta ventana está abierta, se podría resfriar con el frío que hace esta mañana. — El padre del doncel se acercó a la ventana para cerrarla, JungKook podia verlo desde su lugar 6 lo descubririan si no saltaba por lo que soltó la rama y su trato de caer de pie.

JungKook cayó sobre sus pies pero perdió el equilibrio y cayó de costado. Su costilla dolió y dejó salir un quejido. El hombre se asomo así que rápidamente corrió para poder ocultarse. El pelinegro se mordió el labio por el dolor.

— Me pareció escuchar un ruido, al parecer solo eran las gallinas. — Murmuró cerrando la ventana. — Vamos, el despertara pronto, descuida. — La mujer se levantó de la cama y acompaño a su esposo fuera de la habitación.

Cuando la pareja salio JungKook dejo salir un suspiro. Sus brazos dolían por estar sosteniéndose todo el rato y sus costillas punzaban de dolor por el golpe. El pelinegro suspiro y camino hasta la puerta de su casa, una vez ahí abrió la puerta y entró, el lugar estaba en silencio algo que era extraño.

JungKook dejo su chaqueta en la percha y sus llaves en la canasta de decoración que su madre tenía junto a la entrada. Después de quitarse los zapatos y ponerse sus sandalias entró a la casa. Ahí escucho una conversación leve, era más como un llanto ahogado, JungKook lo siguió siendo guiado a la sala de estar.

Su madre estaba sentada sobre el sofá mientras lloraba y su padre a su lado abrazándola. Algo le decía que era todo su culpa.

— Mamá. — Murmuró. Ambos pares de ojos se posaron sobre el. La mujer rápidamente se levantó del sofá y camino hasta el. JungKook la miró antes de llevar su mano hasta su mejilla para tocarla. Su madre le había dado la bofetada más fuerte que jamás recibió.