Nieve.
¿En septiembre? Justo una semana antes de su cumpleaños número 17, su ciudad estaba hasta el tope de nieve. El pronóstico claramente dijo que nevaría y Nattawat celebró enorme al recibir la noticia que no habría clases hasta dos semanas después debido a las tormentas. Fue tanta su emoción que habló con su mamá sobre la idea de invitar a Khao a su casa para hacer pijamadas constantes. La Omega no se negó ni se quejó, de hecho, terminó por invitar a todos los Norawit a quedarse en su casa mientras el Alfa de esa familia se encontraba fuera, al igual que su padre. Se quejó por más de cinco horas sobre la decisión de su madre, pero al final no pudo hacer nada más que hacer berrinche como el buen Omega consentido que era.
Los Norawit llegaron a su casa a eso de las siete de la tarde. Khao había llevado su ropa necesaria para dormir en casa de Nattawat por al menos dos días mientras que Gemini apenas llevaba una pequeña mochila negra y su balón de fútbol. El papá Omega se ofreció a ayudar a la mamá Omega mientras los chicos se organizaban.
First, se supone que llevaría a Gemini a su habitación y le haría un espacio en el suelo como el Omega se lo recomendó, mientras que Nattawat llevaría a Khao a su cuarto y se pondrían de acuerdo con algunas películas. Sin embargo, su sorpresa fue enorme al ver cómo First abría su puerta y no la propia para meter a Norawit Gemini.
Abrió sus ojos asustado mientras le gritaba un sinfín de groserías y maldiciones —haciendo reír a Khao—. First lo ignoró y tomó la muñeca del otro Omega para llevárselo. Hizo un nuevo berrinche antes de entrar a su habitación y encontrar a Gemini sobre su cama acostado.Esa acción ya era tan normal como fastidiosa —y Nattawat solo podía sentirse cada vez más enojado y molesto—.
—Uf, bájale a tu enojo, me estás mareando —pidió el Alfa, mirándolo desde la cama con una sonrisa en sus labios. Nattawat pensó que era la primera vez en muchos años que la sonrisa parecía amigable—. Mejor ven aquí y llénate con tu aroma a galletas y fresa y, por supuesto, miel.
Fourth hizo una mueca y caminó a su baño para estar lejos del Alfa, pero le resultó casi imposible cuando el aroma a petricor llegó a su nariz. Su Omega estaba rasgando su garganta con desesperación ante el aroma rogándole, fuera con el Alfa y se enterrara en su cuello por completo mientras la mezcla de café amargo y cacao lo abrazaba.
Se peleó con su lobo por unos segundos, pero al final no pudo con él y se acostó junto a Norawit Gemini —dejando que el Alfa lo abrace e impregne su aroma en él como siempre hace en la escuela. No se quejó, ni emitió sonido alguno,parecía un dulce bebé que descansaba cómodamente en brazos de su madre, solo que no era su madre, ni esos brazos eran delgados, eran músculos y bastante fuertes.
—Qué lindo, gatito —susurró Gemini en su oído—. ¿Quién diría que eres un jodido grano en el culo cuando te lo propones?
—¡Cierra la boca, Alfa imbécil! No es momento para que lo arruines.
—Está bien.
Las manos de Gemini se deslizaron por la pequeña cintura de Nattawat hasta que lo rodeó por completo y jaló de él para tenerlo más cerca haciendo que el Omega jadease de satisfacción por esa acción tan repentina.
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El Alfa que odio, ¿es mi Alfa? | Geminifourth
FanfictionNattawat Fourth es un tierno y adorable Omega de grandes mejillas, piel canela y estatura bajita, tiene la fama de ser el Omega perfecto para cualquier Alfa en la tierra, incluso aquel chico con el que vive peleando todo el tiempo. Norawit Gemini es...