El Alfa que odio, ¿es mi Alfa? | Geminifourth

28

—¡Feliz aniversario, Gem! —chilló Fourth desde la puerta de la habitación que compartía con su Alfa, aún sabiendo que este se encontraría dormido debido al horario de trabajo tan apretado que tenía cualquier CEO.

Pero vamos, era su quinto aniversario de novios y no importaba si Gemini estaba cansado hasta la mierda porque ese día era especial y Fourth debía disfrutar hasta los primeros rayos de sol de esa mañana. 

—¡Arriba, corazón! Hoy es un día importante. —dijo abriendo las grandes cortinas del lugar, dejando entrar la luz en la habitación. El Alfa sobre la cama se removió gruñendo. 

¿Por qué el lindo Omega tenía que ser tan escandaloso por las mañanas? ¿Por qué no podía ser más tranquilo de vez en cuando? ¿Acaso él era así cuando el cumpleaños de Fourth llegaba? 

—Cállate, tengo sueño. —pidió sin levantar la cara de la almohada. El Omega se cruzó de brazos y, después de dejar la sorpresa sobre la mesa de noche, se subió a la cama junto a su Alfa. —Durmamos, amor. 

Gemini hizo el amago de abrazarlo, pero Fourth se movió a un lado riéndose. Fourth sabía que hacer enojar a Gemini a esa hora de la mañana solo le traería problemas graves en el trasero, pero ahí estaba, burlándose del Alfa que tenía el cabello desordenado y que gruñía al no poder abrazarlo. 

—¡Omega! —llamó el Alfa cuando se sentó en la cama y lo miró con las cejas fruncidas. Fourth tenía una cajita negra alargada entre sus manos y lo miraba con un brillo peculiar en sus ojitos. Se veía feliz y su dulce aroma a fresa, galleta y miel solo lo estaba volviendo más loco de lo que ya estaba. —¿Qué es eso? 

—Feliz quinto aniversario, mi vida. —repitió sonriendo y con las mejillas tan rojas como las cerezas. —Ábrelo. 

Gemini elevó una ceja y quitó poco a poco los pedazos de cinta que su Omega había colocado en la caja. La abrió y encontró una prueba de embarazo marcada con dos líneas rosas que le confirmaban sus enormes ganas de ser papá. El Alfa levantó la mirada de prisa y sonrió tan amplio mientras se dejaba ir sobre el Omega a besos en toda la cara. 

—¡¿Voy a ser papá?! —preguntó emocionado abrazando al Omega y dándole besos en la panza mientras las lágrimas lo traicionaban y Fourth asiente. —¡Dios, voy a ser papá! —repitió. 

—Y son dos. —dijo el Omega. Gemini volvió a levantarse para mirar al Omega y, si antes ya estaba llorando, ahora más. No podía con la sorpresa y estaba claro que no había nada que igualara ese maravilloso detalle, pero Dios, ¡iba a ser papá de dos bebés! ¡Dos cachorros que llevarían su sangre y apellido! —Hay dos pequeños Norawit en mi panza, Gemini.

Gemini no podía más. Iba a explotar. Así que volvió a abrazar al Omega por la panza mientras le agradecía repetidas veces por hacerlo tan feliz a pesar de su imagen como ídolo.

—Te amo, con toda mi alma y vida. Te amo mucho, Fourth, ¡Dios, voy a ser papá! Tengo que decirle a Khao.

Se levantó a toda prisa de la cama y, después de besarlo una vez más, tomó su celular para llamar a su hermano y presumirle que sería papá antes que él. Como el buen hermano mayor que era.

...