El Alfa que odio, ¿es mi Alfa? | Geminifourth

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Una cosa muy normal en la casa del pequeño omega era ver a First enojado o medio irritado, algo muy extraño y poco común de apreciar era ver al señor Ander enojado o siquiera molesto. El mayor prefería mil veces escuchar la versión de sus hijos antes de tomar cualquier decisión sobre ellos para evitar más peleas, pero esto definitivamente no lo toleraba. 

En primera porque se trataba de Fourth, su pequeño hijo Omega, y en segunda porque estaban hablando de cachorros a una edad muy pequeña. Aunque los entendía porque él también tenía hermanos con los que peleaba, pero esta discusión había pasado el límite del Alfa.

Así que ahí los tenía, a un Omega enojado cruzado de brazos mirando la pared de un lado y a un Alfa ignorándolo. Realmente eran cositas esos dos juntos; lo único que lo hacía feliz era que sus pleitos jamás duraban mucho o siquiera duraban, porque se amaban, de una forma extraña y un poco agresiva, pero lo hacían. 

—¿Me pueden explicar de qué hablaban exactamente? —preguntó el padre Alfa sentándose sobre el escritorio delante de sus hijos. —First. 

—No fue nada, papá, simplemente que odio mucho cuando Fourth me miente, porque jamás lo ha hecho, y ahora de buenas a primeras lo está haciendo. —respondió mirando a su padre. 

—¿Por qué le mentiste a tu hermano? —preguntó el padre al Omega que seguía mirando la pared entretenido. 

—No le mentí. —respondió. 

—¿Entonces sí me dijiste que estarías con Gemini toda la tarde y parte de la noche mientras Khao tenía su sesión de fotos en la GMMTV? —preguntó enojado el Alfa menor. 

—¡Yo tampoco lo sabía! —respondió el Omega mintiendo.

—¡Por favor! Deja de mentir, ¡Khao me lo dijo todo, Fourth!

El silencio invadió el despacho haciéndolo sofocante y muy incómodo para todos los presentes. Cuando Fourth y Khao hicieron sus planes para esa tarde en específico, quedaron en que no dirían nada, y mucho menos a First, pero ahora entendía que su amigo era débil cuando su Alfa estaba cerca y quizás debió suponer que eso pasaría en algún momento.

Bajó la mirada a sus dedos aceptando toda la culpa de su mentira y First solo pudo cruzarse de brazos mientras lo observaba bastante molesto. El padre Alfa quería parecer sereno para controlar esa discusión, pero la verdad era que estaba a nada de mandar llamar a Gemini y sus padres para hablar de esa situación con su hijo menor. 

—¡Anda! ¡Sigue negando las cosas! —pidió First, haciendo que el Omega sienta sus ojos llenarse de lágrimas. —¡Sigue diciéndole a papá que yo soy el irracional y el imbécil! ¡Dile que yo no te cuido y que siempre te empujo a Gemini! ¡Dile que soy yo quien no te deja ser feliz! 

—¡Ya cállate, First! —gritó el Omega de vuelta, pero el Alfa simplemente no podía quedarse callado. 

—¡Ahora si quieres que me calle! ¡Que no te diga nada! ¡Pero ni tú entiendes que hacer las cosas a escondidas está mal! ¡Sabes perfectamente bien que siempre te apoyo y que quiero que seas feliz, pero no puedo apoyarte si me mientes! —dijo y el Omega solo pudo sentirse peor que antes. —Y para que te enteres, el lugar donde pasaste la tarde con tu querido Alfa, es el lugar donde nosotros pasamos las prácticas cuando son hasta tarde. 

—¿Qué? 

...