16

380 54 2
                                    


Apenas leyó ese mensaje de su hermano, aventó el celular sin importar que este se quebrara o le pasara algo porque ahora mismo solo quería correr a donde el Alfa y lanzarse a sus brazos mientras lloraba.

Y así hizo. Bajó las escaleras corriendo, importándole bien poquito las reglas de su madre, abrió la puerta y corrió hasta la reja que los separa de su Alfa. El aroma a café amargo, cacao y petricor golpeó su cara con fuerza no muy lejos del portón negro. Su lobo aulló desesperado mientras le rasgaba la garganta con fuerza. Sus piernas se movían a toda prisa mientras su pecho ardía por la falta de aire.

Con sus manos temblando, jaló la puerta con fuerza y lo miró. Gemini estaba frente a él con una camisa blanca sin mangas, un pantalón desgarrado de las piernas y sin zapatos. Tenía el cabello desordenado y su cara tenía leves rasguños; sus labios estaban abiertos y había una cortada sobre ellos. Sus brazos tenían rasguños y se veía pálido. Más de lo que era realmente.

Y ¡qué demonios! Se lanzó a él abrazándolo con fuerza mientras lloraba y dejaba que su aroma bañara toda la piel del Alfa. Se aferró a él con brazos y piernas mientras lo besaba en el hombro y el cuello. Queriendo dejar su aroma por todos lados y Gemini solo supo apretarlo con fuerza entre sus brazos mientras lloraba también.

El cuerpo de Fourth no dejaba de temblar mientras que el de Gemini se mantenía firme sobre la banqueta. Fourth quiso besarlo. Gemini lo hizo.

Sus labios se encontraron una vez más después de más de tres semanas; sus labios ardían. Y el sabor metálico de la sangre le daba un extraño toque de satisfacción a sus acciones. Porque, mierda, se amaban, se amaban tanto que no importaba nada. Ni siquiera que el hermano Alfa estuviera ahí, también lastimado, con la ropa hecha un desastre.

Se besaron por largo segundos. Fourth tratando de pedir perdón por lo que le dijo y Gemini pidiendo perdón por irse. Se besaron porque lo necesitaban y porque lo querían. A la mierda las personas, a la mierda aquella idea de no quererlo a su lado por ser posesivo, a la mierda todo porque justo ahora solo lo quería a su lado siempre, solo lo quería ver a él todo el tiempo.

Lo amaba desde niños. Lo amaba incluso siendo celoso, lo amaba incluso aunque dijera que no. Lo amaba. Simplemente eso.

—Lo siento —dijo Fourth sobre los labios de Gemini cuando dejaron de besarse y el Alfa lo miraba con los ojos negros brillantes—. Lo siento por todo lo que dije. Yo de verdad lamento eso, perdón.

Gemini negó abrazándolo con fuerza, acariciando los castaños cabellos del Omega en sus brazos sin querer soltarlo.

—Está bien, no pasa nada —dijo besándole el cuello—. Ya estoy aquí, FotFot.

Fourth asintió volviendo a llorar en sus brazos. Sin querer dejarlo irse como First se lo estaba diciendo en ese momento. Se negó, obviamente lo haría. No lo dejaría irse nunca más, no importa lo que pase, Fourth no iba a perder a Gemini nunca más.

El Alfa que odio, ¿es mi Alfa? | Geminifourth Donde viven las historias. Descúbrelo ahora