Capítulo 16: Corazón dividido
El timbre final del día escolar resonó por los pasillos, liberando a los estudiantes hacia la tarde fresca que los esperaba. Melisa recogió sus cosas con calma, pero su mente estaba llena de un torbellino de pensamientos. El día había sido intenso, entre la discusión sobre el viaje al parque acuático y la decisión del club de debate, pero había algo más que no podía sacarse de la cabeza: Jerónimo.
Desde que sugirió combinar el viaje con la competencia, Melisa había notado algo diferente en la forma en que Jerónimo la miraba. No era solo la aprobación de un compañero de clase, había algo más, algo que no podía explicar, pero que la hacía sentir un calor inexplicable en su interior.
Mientras salía del salón, sus ojos se encontraron con los de Jerónimo, que estaba esperándola cerca de la puerta.
—Hey, ¿te apetece caminar un rato? —preguntó Jerónimo con una sonrisa que hizo que el corazón de Melisa latiera un poco más rápido.
—Claro, me vendría bien despejarme un poco —respondió ella, tratando de sonar casual mientras su pulso se aceleraba.
Salieron juntos del colegio, caminando en silencio al principio, pero era un silencio cómodo, lleno de la expectativa de lo que podría decirse. Sus pasos los llevaron hacia un parque cercano, un lugar tranquilo donde pocas personas paseaban a esa hora.
—Sobre lo que propusiste hoy... —comenzó Jerónimo, rompiendo el silencio—. Fue realmente una gran idea, Melisa. Creo que nadie más lo hubiera visto de esa manera.
Melisa sintió un rubor subir a sus mejillas, pero intentó mantener la compostura.
—Gracias, solo pensé que sería lo mejor para todos. No quería que tuviéramos que elegir entre dos cosas importantes.
Jerónimo asintió, pero sus ojos la miraban de una manera que Melisa no podía descifrar del todo. Había algo en la intensidad de su mirada que hacía que el aire entre ellos se cargará de una energía palpable.
—Siempre estás pensando en los demás, ¿verdad? —dijo Jerónimo, deteniéndose junto a un banco. Se sentó y le hizo un gesto para que se uniera a él.
Melisa se sentó a su lado, sintiendo cómo la distancia entre ellos se reducía aún más. Era como si cada centímetro que los separaba estuviera lleno de electricidad.
—Supongo que sí —respondió ella, mordiéndose el labio—. No es fácil, pero... no sé, creo que es importante.
Jerónimo la miró fijamente, y Melisa sintió que se quedaba sin palabras. Había algo en esos ojos, algo profundo que parecía estar buscando dentro de ella, una conexión que iba más allá de las palabras.
—Me gusta eso de ti —dijo Jerónimo, su voz un poco más baja, más íntima—. Eres diferente, Melisa.
El corazón de Melisa latía tan fuerte que pensó que Jerónimo podría oírlo. La tensión entre ellos era indescriptible, una mezcla de emociones que ella no había experimentado antes. Era como si el mundo a su alrededor se hubiera detenido, dejando solo a ellos dos, en ese momento.
Justo cuando Jerónimo parecía inclinarse un poco más cerca, como si fuera a decir algo más o tal vez... algo más, el sonido de pasos apresurados rompió la atmósfera.
—¡Melisa! —Lísienle apareció de repente, corriendo hacia ellos con una expresión de urgencia en su rostro—. ¡Estaba buscándote por todas partes!
La magia del momento se rompió, y Melisa se apartó ligeramente, tratando de ocultar su frustración. Jerónimo se enderezó, sonriendo a Lísienle, aunque sus ojos mostraban una leve decepción.
ESTÁS LEYENDO
Trazos de caminos Cruzados
Non-FictionResumen: Una amistad tóxica se muestre desde un inicio o se construye? Melisa se encuentra atrapada en un torbellino emocional por su amiga Lísienle siente que no puede más, Una amistad tóxica se muestre desde un inicio o se construye?averígualo po...