La camisa se le pegaba a los codos y Juanjo levantó la vista, su reflejo devolviéndole la mirada. Observó las ojeras debajo de sus ojos y las arrugas en su frente. Quiso recordar algún tiempo en el que no lucía tan demacrado por la falta de sueño, pero no vino ninguno y solo suspiró mirando hacia el suelo. Se remangó y se alisó el flequillo antes de salir por la puerta de su habitación. Alex le esperaba en el salón con el móvil en la mano. Movía la pierna ansiosamente haciendo un ruido repetitivo, molesto para los oídos de Juanjo.
"¿Qué te pasa?"
"¿Ya estás?" Alex le preguntó con prisa y le miró. "Joder, Juanjo." Se acercó hacia él lo suficiente para oler su colonia. Le abrió los dos primeros botones de la camisa y le palmeó el pecho. "Así mejor. Hoy no se te resiste nadie." Le vio mover las cejas sugestivamente y le apartó las manos de encima.
"Cállate." Juanjo suspiró, tratando de controlar los latidos erráticos de su corazón. Había sopesado la opción de quedarse en su casa mil veces en su cabeza y el resultado siempre derivaba de una manera u otra a Martin. Martin de fiesta. Martin borracho. Martin acercándose para escucharle mejor. El estómago se le subía a la garganta y sentía todos los nervios acumulándose en lo alto de sus hombros. Podía contar todas las gotas de sudor que bajaban por su cuello cuando pensaba demasiado en su boca. "¿Tú ya estás?"
"Sí...sí, vamos."
Juanjo cogió las llaves y respiró hondo. El aire de la calle le abrazó de una manera incómoda y se encogió más en su abrigo. Escuchaba a las personas pasear por la calle y sus murmullos le rodeaban por todos lados. Alex cerró la puerta a sus espaldas y se colocó a su lado. "Venga, antes de que los huevos se nos vuelvan canicas. Por allí."
Juanjo le siguió diligentemente, cigarro en mano. "Me vas a decir qué coño te pasa."
"No me pasa nada."
"No era pregunta."
Alex suspiró. "Pesado. Vale." Se pasó la mano por el pelo. "La chica que me escribió. Con la que me lié. Estamos hablando bastante y hoy viene a la fiesta esta."
"Sigo saber muy bien cual es tu problema con esa chica. Ni siquiera me has dicho como se llama."
Se encogió de hombros y el vaho salió por su boca. "Se llama Almudena. No lo sé yo tampoco, me pone nervioso. Es raro. Creo que ella solo quiere un rollo, pero es tan graciosa. No sé que haré si nos liamos. O sí no. No lo sé."
Juanjo rio y pasó un brazo por sus hombros. "Tranquilo, estarás bien. Solo ve viendo cómo avanza la noche y seguro que te aclaras. Espero que me cuentes todo después."
"Claro. Tú me contarás luego también, ¿no?"
"Ya, sí. Seguro."
"Oye." Alex le quitó el brazo y le empujó el torso. "Hazme caso, yo lo veo. Os he visto hablar."
"No sé." Juanjo suspiró y tiró el cigarro al suelo. Notó como los pulmones le pedían más nicotina y la ansiedad se le enredaba en los dedos. "Me da mucha vergüenza y él es, cómo muy seguro."
"Y tú, solo crees que no. Llevas hablando con él casi una semana entera todos los días." Alex sonrió. Juanjo pensó que estaba siendo exagerado y rodó los ojos, pero las comisuras de su boca se levantaron por un momento.
Llegaron al sitio y el olor se le pegó en la punta de la nariz. Apestaba a alcohol y tabaco. Estaba oscuro y solo alumbraban varias luces de neones que hacían que la ropa de la gente se mezclase con otros colores. Alex le agarró del brazo y le empujó adentro, sonriendo en su dirección. Entre los rostros brillantes, Juanjo distinguió al chico con el que Alex habló el día anterior y le saludó en la lejanía. Su amigo levantó el brazo y se dirigió hacia el grupo con Juanjo siguiéndole de cerca.
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hits different
Fiksi Penggemar"¿Cuánto te debo por el café?" "Uno cincuenta." Juanjo le miró y el hecho de que no le estuviera devolviendo la mirada le inspiró confianza. "¿Y por invitarte a cenar?" Martin levantó la cabeza y se le quedó observando lo que Juanjo sintió que fuero...