extra: iv

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Una vuelta al pasado

La salita del comedor de la cafetería Espresso olía a preocupación y tristeza, o al menos ese era el olor que podía describir Sooyoung al entrar a tomar su comida.

Jungkook estaba sentado en una de las mesas, solo, con un pedazo de pan siendo sostenido por su temblorosa mano. Luce preocupante.

"Kook, ¿pasa algo?" se atrevió a preguntar la pelinegra, llegando a sentarse en su misma mesa.

El omega alzó su mirada y bajó su emparedado hasta dejarlo sobre el plato. Asintió lentamente, aunque sus ojos se encontraban cristalizados.

"Estoy bien"

"Hm, no suenas muy convencido" contestó, desenvolviendo su emparedado.

El menor suspiró, su pecho se sentía apretado por tantas emociones encontradas. Su cabeza seguía detenida en el momento en que dejó a su hija en el Kinder esa mañana. Era su primer día sin tenerla junto a él las veinticuatro horas del día y la ansiedad se lo estaba comiendo vivo.

Jungkook no había querido inscribirla aún, pero su madre insistió con que ya era el momento y realmente no tenía argumentos cuando su madre había criado a tres cachorros. El omega nunca quiso llevar a su bebé ni a la guardería, se había encargado de toda su educación durante sus primeros años de vida y consideraba que había hecho un gran trabajo.

Pero hoy que la dejó en brazos de una de las maestras y vio los ojitos húmedos de su pequeña cachorra, la imagen no lo dejaba continuar con sus actividades en paz.

Además, ¿qué Kinder llevaba a niños pequeños a un parque? ¿Qué no eran demasiado pequeños? ¿Y si les pasaba algo? Jungkook los iba a demandar si su cachorra no regresaba en una pieza cuando se la entregaran.

"Estoy preocupado por Chae, de verdad no puedo concentrarme" explicó el menor con un puchero en sus labios.

"Eso explica porqué hoy volteaste los pedidos con tus clientes" comentó la chica, recordando cómo entregó un americano a la persona que pidió un capuchino.

"Lo siento"

"No te preocupes, le dijimos al cliente que eres nuevo" se encogió de hombros soltando una risita, pero el omega se sentía muy avergonzado.

Él prácticamente creció en esa cafetería, sabía los procesos de pies a cabeza.

"Sin embargo, debes calmarte. Estoy segura que la pequeña Chae está muy bien, ¿o sientes que está en peligro?" cuestionó, dándole una mordida a su sándwich.

"N-No, no he sentido nada. Pero si algo le pasara, yo-"

"No le va a pasar nada, Kook. Tu cachorra es fuerte y con mucho carácter, ¿o ya olvidaste cómo le gruñe a los alfas cuando te hacen sentir incómodo?" le recordó, causando una sonrisa en el rostro del omega. "A veces hasta pienso que hubo una confusión en su casta"

"Es..."

"Como tú, definitivamente"

Ambos se rieron y una lágrima rebelde se le escapó al omega.

"Sólo un poquito"

"Muchísimo, diría yo. Antes de que tuvieras a Chae, así eras. Ya te ablandaste un poco" estiró su mano sobre la mesa y tomó la de su mejor amigo para mostrarle su apoyo, como siempre. "Eres el omega más fuerte que conozco, ¿sí?"

Jungkook asintió sin poder evitar el ponerse a llorar. Se levantó de su lugar y corrió a refugiarse en los brazos de la alfa que enseguida lo recibieron para tratar de calmarlo.

Delicate | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora