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El hospital principal de Seúl se había vuelto un caos luego de la noticia donde un autobús escolar había chocado con otro autobús dejando a varios niños heridos y por fortuna, ninguno había muerto.

Aún así, los padres estaban desesperados por saber de sus hijos por poder verlos.

Jungkook y Taehyung no estaban muy lejos de estar iguales.

Después de la noticia, el omega supo a qué se debía su angustia y ansiedad. Su lobo no dejaba de arañar su pecho en busca de su cachorra. Pero por ahora los tenían al margen de la situación.

Taehyung trataba de mantenerse calmado porque no quería alterar a el omega más de lo que ya estaba, pero su lobo también estaba muy preocupado por su cachorro y controlarse se le estaba volviendo una tarea difícil.

Sus hijos ni siquiera tuvieron que haber estado ahí. ¿Por qué decidieron no hacerle caso a ellos?

Por más que trataba de encontrar una respuesta, nada lograba contestar su pregunta.

Jungkook ya había dado aviso a su familia pero pidió que no se acercaran al lugar hasta que él se los pidiera porque el lugar estaba muy lleno e incluso él comenzaba a marearse al percibir tantos olores a la vez. Todos sintiéndose ansiosos y preocupados como él.

"Jungkook, ellos están bien. Tranquilo, ¿sí? No puedo estar-"

Las palabras quedaron a medias cuando el cuerpo del omega se abrazó al suyo con fuerza en busca de un poco de consuelo. Él de verdad lo necesitaba y Taehyung no era nadie para negárselo.

Tampoco quería hacerlo.

Lo sostuvo entre sus brazos con fuerza, acariciando su cabello y espalda para tranquilizarlo. Su lobo no dudó en soltar sus feromonas con la intención de calmar al agitado omega que sollozaba contra su pecho como un niño pequeño.

A Taehyung no le importaba, en lo absoluto.

"Todo va a estar bien, omega" susurró contra su mejilla para después dejar un beso sobre ésta. "Son cachorros fuertes. No llores"

Jungkook sentía que en cualquier momento iba a desmoronarse. Si no lo había hecho era por aquellos brazos que lo sostenían con fuerza pidiéndole que se mantuviera fuerte por su cachorra. Que todo estaría bien.

El menor quería creer que era así. Que todo estaría bien.

A pesar de no emitir ninguna respuesta, se acurrucó cerca del cuello del mayor, permitiéndose llenar de aquella esencia que podía mantener su cuerpo un poco calmado. No pasó mucho tiempo para que Taehyung terminara sobre los incómodos asientos del hospital, dejando que el omega se sentara sobre su regazo mientras lo mantenía abrazado.

Esa posición era demasiado íntima, pero a ninguno de los dos le incomodó.

Jungkook finalmente se quedó dormido sobre el pecho del alfa que sólo se dedicó a acomodarlo para que la posición se le fuera cómoda. Él, por otra parte, se mantuvo despierto velando del sueño del pelinegro y esperando respuesta del hospital que tuviera que ver con el par de cachorros.

Las horas iban pasando y Taehyung se mantenía atento a las noticias que alcanzaba a escuchar por parte de otros representantes. Si bien podía usar su posición a favor, se abstuvo de armar un escándalo que pudiera llamar la atención de la prensa. Ahora se mantenía junto al omega, que ante los ojos de los demás era algo normal, para los suyos seguía siendo extraño.

Desde aquella tragedia, el alfa no había tenido contacto íntimo con más ningún omega. Quizá por respeto, quizá porque no se veía estando con nadie más o porque nadie había llamado su atención lo suficiente. Sin embargo ahí estaba, disfrutando de la presencia del lindo omega porque lo hacía sentir en paz. No sabía si era su vibra, aroma o simplemente era él. Pero Taehyung estaba seguro que de no ser por él, estaría completamente loco por la situación de su hijo.

Delicate | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora