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Como cualquier otro día donde el omega se encontraba libre, se hallaba en la cafetería de su familia haciendo cualquier cosa que le fuera útil.

Ese día en especial, se había encargado de diversas actividades, desde cocinar hasta atender mesas junto a sus compañeros. Esta vez decidió no meterse en la caja y dejar el trabajo a una de sus hermanas.

La gente iba y venía, Jungkook atendiendo de un lado a otro. Pero eso le hacía muy feliz.

Al omega le tocó atender al nuevo cliente que había entrado y rápidamente tomó la pequeña tablet junto con una carta que contenía el menú. Caminó hasta la mesa para después mostrar su mejor sonrisa.

"¡Buenos días, bienvenido a la Cafetería Espresso!" saludó alegremente y dejó el menú sobre la mesa. "¿Qué le gustaría comer el día de hoy?"

Para cuando el alfa alzó su mirada encontrándose con la del omega, éste último casi se ahoga al percatarse quién era.

"¡Jungkook-ah, qué alegría volver a verte!" chilló el alfa emocionado y ni siquiera esperó respuesta, sólo se levantó y atrajo al omega en un fuerte y cálido abrazo.

El omega con sus mejillas ardiendo en vergüenza y con la timidez a un nivel estratosférico, le devolvió el abrazo.

"E-Eunwoo-ssi, que sorpresa verte de nuevo" atinó a contestar el omega una vez que se separaron.

Jungkook lo observó mejor y, Dios, ese alfa realmente estaba como quería. El chico lo miraba con una cálida sonrisa y su tierna mirada. Parecía un príncipe sacado de un cuento de hadas e incluso su aroma era para morirse. Olía como a la madera recién cortada con suaves tonos a caramelo.

A Jungkook le encanta el caramelo y por eso alguna vez le gustó mucho ese alfa con carita de príncipe.

Suspiró.

"No creí que tuviera tanta suerte como para encontrarte aquí. Estás igual de bonito que siempre" aduló regalándole una linda sonrisa al pelinegro e incluso se tomó el atrevimiento de acariciar su cabello.

"G-gracias, tu no te quedas atrás" respondió sintiendo su garganta seca, por lo que la aclaró en un intento de volver a la normalidad. "¿Vas a pedir algo?"

El alfa asintió en respuesta volviendo a tomar asiento. Tomó el menú entre sus manos y paseó sus ojos por los diversos platillos que el lugar ofrecía.

"¿Cuándo volviste?" se atrevió a preguntar el omega con la curiosidad picándole en las entrañas.

"La semana pasada" contestó, bajando el menú para mirar al omega. "Quise pasar a saludar antes, pero ya sabes, la familia me tenía como trapo viejo"

"¿De arriba para abajo?" preguntó soltando una risita y el alfa asintió.

"Exactamente. Aproveché este momento libre esperando poder saludarte"

Es que esa sonrisa debería ser ilegal, no podía simplemente hacer que Jungkook se sintiera como un adolescente con esa sonrisa.

"Aprecio el gesto" aseguró el menor con una pequeña sonrisa. "No te veía desde que te fuiste a...¿Tailandia?" dijo dudoso y el alfa le afirmó con un asentimiento. "Debe ser muy bonito por allá"

"Oh, es hermoso, Jungkookie. Quizá algún día pueda invitarte a ti y Chae" le sugirió, recibiendo un asentimiento por parte del omega. "¿Dónde está? extraño a esa pequeña y traviesa cachorra. Es como una mini tú"

"Oye" se quejó golpeando su hombro. "Está en la escuela todavía, sale dentro de unas horas"

"Mh, quizá la pueda ver para la próxima" hizo una mueca y chasqueó su lengua. "Por cierto, quiero un frappé de vainilla latte sin azúcar y...¿tienen de la tarta de fresa de Jihyo-ssi?"

Delicate | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora