veintisiete; final

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Cuando Donghyuck escucho el timbre de su casa bufó con molestia y se levantó cansado del sofá, creyendo que era su madre que había llegado antes de lo acordado, puso su peor cara listo para iniciar una pelea por el seguro mal estado en el que iba a verla pero grande fue su sorpresa cuando vio a Jeno, completamente rojo, con los ojos hinchados y el cabello desaliñado.

───¿A poco te dejaron?

───¿Qué mierda fue lo que le dijiste a Jaemin?

Donghyuck sonrió de lado, imaginando la situación por la que ambos habían pasado para que Jeno terminara en ese estado. De todas formas él creía que estaba bien, que se lo merecían.

───Nada que no sea verdad.

───¡Le jodidos dijiste que follabamos! Dime, ¿cuándo diablos se supone que pasó eso? Porque lo único que recuerdo es que siempre rechacé todos tus patéticos intentos de coquetearme aclarandote que no podia verte como más que un maldito amigo, así que dime Lee, ¿en qué jodido momento te puse un dedo encima?

Donghyuck sonrió. No recordaba la última vez que había visto a Jeno tan enojado, se veía demasiado caliente.

Por otro lado Jeno estaba furioso, no porque realmente haya tenido un problema con Jaemin al respecto, sino porque su chico había llegado tan deprimido.

Recordaba la cara de Jaemin y la inseguridad con la que él le preguntó si había pasado algo con Haechan en el pasado, recordaba como Jaemin le pedía perdón por desconfiar pero que necesitaba sacarse esa duda y que quería sinceridad.

Jeno se la dio, le explicó que nunca tuvo ni quiso tener nada con quien era su amigo, que no sabía porqué Donghyuck había dicho aquello pero que iba a arreglarlo.

Jaemin no quiso dejarlo ir pero Jeno lo calmo y le dijo que necesitaba hacerlo. Él realmente necesitaba cerrar la boca de Donghyuck de una buena vez y sacarlo completamente de su vida.

Pensó que hablar sería más que suficiente pero ver la sonrisa de Donghyuck como si hubiese ganado algo le hacía hervir la sangre.

───Bueno, ¿vas a negarlo realmente? Estuvimos juntos, tú me follaste tan jodidamen-.

Y tal como Donghyuck quería; Jeno reaccionó.

El peliazul estampo a Donghyuck contra la pared más cercana y lejos de calmarse, tomó el cabello castaño del chico y totalmente fuera de control lo hizo golpearse con la pared. Donghyuck jadeo.

───Te quiero lejos de Jaemin, lejos de mí y de cualquier persona que nos rodee. Nunca, pero nunca quiero volver a ver ni saber nada de ti. En vez de un amigo eres un maldito grano en el culo.

───Vamos Nono, estabas llorando hace minutos porque me extrañabas, no puedes querer que me aleje realmente.

───Eso era antes de saber que eras un patético obsesivo conmigo. Sacame de tu cabeza porque yo salgo por esa puerta y dejas de existir en mi vida. No quiero ni necesito personas como tú en mi vida.

───No podrás hacerlo.

───Apuesta.

Y tirando del cuerpo de Haechan para un lado, Jeno salió de la casa dando un portazo. Y Haechan se quedó ahí, mirando la madera, sabiendo o más bien creyendo con total confianza que Jeno volvería en unos pocos días, como siempre.

Pero los días pasaron, las semanas, los meses y Jeno jamás aparecío por esa puerta.

Lo veía en el instituto, había dejado el equipo, había dejado su grupo, se lo veía junto al capitán del equipo de fútbol americano; Johnny y con un chico nuevo que practicaba un deporte raro que nunca entendió.

El Novio De Jeno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora