Septiembre de 1910
Hacía apenas dos días que Diego y Madeleine habían comunicado a sus tres hijos que debían marcharse de Manchester, dejar su casa, a sus amigos y su vida allí, para mudarse a Madrid, España, el país natal de su padre. A ninguno de los tres hijos del matrimonio le había agradado en un primer momento la idea, pero sin ninguna duda Juanjo fue el que más reacio de los tres se mostró ante aquella idea.
- Padre, no podemos marcharnos ahora. Iba a empezar a formarme con Arnold en medicina para aprender el oficio – dijo un Juanjo triste.
- Cariño, debemos marcharnos. A tu padre le han ofrecido un puesto de trabajo muy importante en uno de los hospitales de la capital y podrá seguir pasando consultas en casa a la gente más necesitada, como lleva haciendo tantos años aquí. Es una oportunidad que no puede ni debe desaprovechar – le explicó de manera calmada su madre.
- ¿Y mi formación como médico? ¿Ya no importa acaso? – la desilusión presente en la voz de aquel Juanjo que cada vez parecía encogerse un poquito más.
- Seguro que tu padre podrá enseñarte lo necesario, en casa, en el hospital, etc. Podrás acompañarle siempre que quieras. ¿A que sí, Diego? – preguntó entusiasma su madre.
- Claro, hijo. Incluso algún compañero de oficio que conozca allí seguro que querrá ayudarme en tu formación como el segundo mejor médico del país, por detrás de mí, claro – contestó alegre su padre, con una breve risa que hizo sonreír un poco a Juanjo.
Sin embargo, aquello no terminaba de convencer al hijo mayor del matrimonio. La pérdida de su profesor en medicina, Arnold, no iba a ser la más notoria para él, aunque eso les había hecho creer. En realidad, Juanjo no sabía cómo darle la noticia y despedirse de su mejor amigo, Charles, un amigo muy especial ante sus ojos, aunque nunca se hubiese atrevido a decir nada ya que sabía que aquello no estaba bien visto en la sociedad y que, incluso, podría llevarlo a la cárcel o a tener que huir del país y separarlo de su familia, evitando las graves penas que se imponían desde la sociedad, si alguna persona más conservadora se llegase a enterar de aquello.
Sus padres llevaban varios intentado comprometerle con alguna señorita de familia pudiente con la que, en un futuro, casarle y formar una familia como hacían el resto de chicos. Sin embargo, él no se mostraba partidario de ninguna de ellas, algo que sus padres solían achacar a la edad joven de su hijo y a creer que aún no habían encontrado la mujer ‘‘ideal para su hijo’’, aquella que le hubiese robado el corazón y por la que su hijo sintiese un amor de verdad, como el que ellos habían sentido nada más conocerse de jóvenes, aunque aquello distase tanto de la realidad que el joven experimentaba en sus adentros.
Juanjo, en el silencio de su alcoba, se negaba a verse obligado a dejar de ver cada día a Charles durante tanto tiempo, principal motivo por lo que todo y todos los que tuviesen algo que ver con Madrid y España iban a suponer un motivo de odio y rabia por parte del muchacho, odio y rabia del que ni sus hermanos y sus padres o la gente de su nuevo entorno entendieron el por qué.
Por su parte, Chiara y Alejandro parecían oponerse en menor medida a la idea de mudarse. Aunque, en un primer momento, la noticia les causó un fuerte pesar ya que deberían despedirse de sus amigos de la infancia y de toda su vida en Manchester, a los dos les gustaba la aventura y descubrir nuevos sitios. Aquello hizo que, tras unos primeros días de shock, ambos hermanos empezasen a mostrar especial interés por Madrid y España. De hecho, desde el anuncio de su mudanza, todas las noches antes de dormir le pedían por favor a su padre que les contase historias de su infancia en España, quién con una sonrisa de oreja a oreja les contaba historias hasta que ambos se quedaban dormidos, desde cómo salía a correr por el Retiro con sus hermanos, acompañados de la sirvienta que tenían en casa, hasta cómo comían castañas asadas en el puesto que se encontraba todos los otoños en la calle dónde él vivía.
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Escalera 423
FanfictionUn fic en el que las clases sociales y las creencias de la sociedad de aquella época serán los principales obstáculos para una historia de amor imposible que pretende enamorar y cautivar a todos aquellos que sean partícipes de ella. Madrid, diciembr...