"Das Leiden ist ein integraler Bestandteil der menschlichen Existenz, das nicht vollständig vermieden werden kann"
"El sufrimiento es una parte integral de la existencia humana que no se puede evitar por completo"
— Sigmund Freud
Llevo una eternidad esperando en esta estación, o al menos así parece. Las luces del andén son frías, casi tanto como el viento que se cuela por cada rendija. Mis manos están en los bolsillos de mi chaqueta, no porque tenga frío, sino para evitar verlas temblar. Siempre he sido inquieto, pero, últimamente, parece que mi cuerpo ya no puede mantenerse quieto ni un segundo.
El reloj de la estación marca una hora que no importa. Hace tiempo que he perdido la cuenta de cuánto tiempo llevo aquí y, sinceramente, ahora mismo no me importa mucho. Me miro en el reflejo del vidrio de la estación. ¿Esos ojos inyectados en sangre son los míos? ¿Esa piel pálida y esas mejillas hundidas? A veces me pregunto que es lo que ve la gente cuando está a mi alrededor. Este aspecto que hay en el reflejo solo lo veo en días aleatorios, ¿verán lo mismo que yo, o es solo mi mente jugándome una mala pasada.? "Estás enfermo", es lo que siempre me suelen decir. "Solo estoy... perfeccionándome" es lo que respondo mentalmente. Aunque, siendo sincero, no estoy muy seguro de hasta qué punto este mantra me ha servido hasta el día de hoy.
Hace tiempo que siento el peso de mi mundo los hombros. Aunque todos dicen que estoy más ligero que nunca, ¿cómo explicarlo? No es mi cuerpo lo que pesa, sino algo más profundo. Es una carga que no sé cómo nombrar. Es esa sensación constante de no ser capaz, de no saber realmente que soy o a donde tengo que ir.
A veces me pregunto por qué no puedo ser competente. Los demás parecen tener todo resuelto. Pareja, trabajos, futuros claros, y en su defecto, saben perfectamente hacia dónde dirigir sus vidas. Por otro lado, aquí estoy yo, teniendo en mis manos una simple confusión constante. Y he buscado, me he pasado años buscando la respuesta. Pero quien busca encuentra, y yo he encontrado una verdad que me ha traído más preguntas que respuestas. He escuchado historias, he visto miradas y murmullos, pero siempre me digo que no, que eso no puede ser yo.
Las acciones traen consecuencias, y la consecuencia de buscar respuestas de algo que no estás preparado para asimilar es el constante paso de los días, ahora una mezcla de sensaciones confusas y pensamientos para nada claros. A veces me pregunto qué pasaría si simplemente diera un paso más. ¿Dolor? ¿Libertad? Tal vez ambas cosas.
¿Cómo he llegado a este punto? La respuesta no es tan simple. No hacía tanto que, estando todavía en bachillerato, recordaba haber sido un niño que se sentía diferente, aunque no sabía exactamente por qué. Mientras otras personas de mi edad hablaban de deportes y parejas, yo solía encontrarme perdido en mis pensamientos preguntándome por qué no podía ser igual. Intenté encajar, hice todo lo posible por parecer "normal". A veces funcionaba, otras veces no.
De repente siento una mano firme que me estira de la muñeca sacándome bruscamente de mis pensamientos. Mi cuerpo reacciona al instinto, tensándose al instante, mientras mi mente tarda un segundo más en regresar al presente. Giro la cabeza y veo a Lucas, con su pelo largo, oscuro avellana recogido en una media coleta, su altura imponente y una cara con un atisvo de preocupación. No es la primera vez que me encuentro con él últimamente y, aunque, hasta ahora, nuestras conversaciones han sido más que superficiales, su cara da que pensar que la que estamos a punto de tener no lo va a ser para nada.
—¿Qué haces aquí a dos horas de haber salido de clase Alexander? —su voz es suave, pero firme, como si ya supiera la respuesta o, al menos, intuyera lo que pasa por mi mente.
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Volver a bucear [Primer borrador]
Teen FictionEn esta sociedad donde el reflejo en el espejo nunca es lo que los demás ven y las expectativas pesan más que los propios deseos, Alex ha aprendido a ocultar sus pensamientos y inseguridades tras una decaída sonrisa pretendiendo que sabe lo que hace...