"Silence is the loudest cry of anguish"
"El silencio es el grito más fuerte de la angustia"
- Virginia Woolf
Después de colgar la llamada con Lara, me quedo un momento frente a la puerta de Lucas, dudando. El viento sigue aullando afuera, y las gotas de lluvia golpean con fuerza contra las ventanas. Me encuentro en esa encrucijada incómoda en la que no tengo más opciones que entrar, aunque algo dentro de mí me dice que, si pudiera, debería estar en cualquier otro lugar ahora mismo. Pero es Lucas, ahora mismo él es la persona mas cercana q. No debería sentirme así en su casa, y sin embargo, me pesa estar aquí. Como si fuera un intruso, a pesar de todo.
Afuera, la tormenta se intensifica. El ruido del viento se cuela por las rendijas de las ventanas, añadiendo una capa de inquietud que me pone los nervios de punta. No tengo más remedio que girar el pomo y entrar. Tan pronto como la puerta se abre, Lucas levanta la vista de lo que parece ser un libro que ha dejado olvidado sobre la mesa. Lo cierra rápidamente y se apresura a ordenar el salón, como si mi presencia lo hubiera sorprendido en mitad de una pausa que no debería haberse permitido.
Lo observo moverse, con esa calma habitual suya que parece casi en contradicción con el aire cargado de tensión que flota en la habitación. Es como si estuviéramos en universos diferentes, coexistiendo en un mismo espacio, pero viviendo realidades paralelas. Él, enfocado en mantener la normalidad, en pequeños gestos cotidianos; yo, luchando por mantener la compostura mientras la presión se acumula en mi pecho.
Lucas me mira y sonríe, pero su sonrisa está teñida de agotamiento. Puedo verlo en sus ojos, en la forma en que sus hombros parecen ligeramente caídos, como si él también estuviera lidiando con algo que lo supera. Aún así, se esfuerza por hacer que me sienta bienvenido.
—Voy a preparar la habitación de invitados para ti. Es la misma de la última vez —dice, señalando con la cabeza hacia el pasillo—. Puedes ir cuando quieras.
Asiento, intentando mostrar gratitud, pero las palabras se me quedan atascadas en la garganta. No tengo ganas de hablar. El cansancio se va acumulando en cada parte de mi cuerpo, como si estuviera arrastrando un peso invisible. Sin decir nada más, me dirijo hacia el pasillo, sintiendo sus ojos en mi espalda mientras me alejo.
La habitación de invitados no ha cambiado en absoluto desde la última vez que estuve aquí. Las paredes blancas, la cama perfectamente hecha con esas sábanas que huelen a fresco, a recién lavadas. De alguna manera, el aroma me reconforta, aunque no lo suficiente como para apaciguar el torbellino de pensamientos que inunda mi mente. Me dejo caer en la cama, el colchón cediendo bajo mi peso con un susurro leve. Cierro los ojos, esperando que el sueño llegue rápido, que me arrastre lejos de todo lo que siento ahora. Pero sé que no será así. No esta noche.
El techo se convierte en mi único punto de referencia mientras intento dormir. Es un blanco frío, sin nada que lo adorne, solo una superficie vacía que refleja perfectamente cómo me siento por dentro. Cierro los ojos y los abro una y otra vez, tratando de acallar los pensamientos que no me dejan en paz. Mi mente va de un lado a otro, recordando momentos, conversaciones, fragmentos de cosas que no tienen sentido pero que no dejan de molestarme. Y Lucas... hay algo en su comportamiento que no puedo dejar de pensar. Está diferente, más cerrado en sí mismo, pero al mismo tiempo parece estar buscando algo en mí, algo que no sé si estoy listo para darle.
Pasan minutos, quizás horas. No lo sé. El sueño, cuando finalmente llega, es débil, como un soplo apenas perceptible que me envuelve sin compromiso. Estoy a la deriva en esa tierra entre el sueño y la vigilia, y cualquier pequeño ruido parece capaz de arrastrarme de vuelta a la consciencia.
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Volver a bucear [Primer borrador]
Fiksi RemajaEn esta sociedad donde el reflejo en el espejo nunca es lo que los demás ven y las expectativas pesan más que los propios deseos, Alex ha aprendido a ocultar sus pensamientos y inseguridades tras una decaída sonrisa pretendiendo que sabe lo que hace...