"It's not the weight that breaks you, but the way you carry it..."
"No es el peso lo que te rompe, sino la manera en que lo llevas..."
- Lou Holtz
Me despierto a las seis en punto, pero no porque quiera o porque signifique algo especial. Simplemente, mi cuerpo se ha acostumbrado. Al principio lo hacía para estudiar más, mejorar mis notas, pero ahora ese momento lo dedico a entrenar. El cuerpo se mueve solo: me arrastro fuera de la cama, me pongo la ropa de deporte y, en completo silencio, salgo de casa sin despertar a Sarah.
El gimnasio a esta hora tiene un encanto propio. Los ruidos se amortiguan, los sonidos de las pesas cayendo se mezclan con el eco de mi respiración, que cada vez parece más pesada. No es que sea un fanático del deporte, pero hay algo en esa rutina que me ayuda a centrarme, a no pensar tanto. Es como si, a través del sudor, despejara los nudos en mi mente.
De vuelta en casa, después de la ducha, me preparo para un día largo. Las clases no me emocionan, pero al menos sirven para distraerme. La universidad está lo suficientemente cerca como para tomarme mi tiempo, así que escojo la ropa más cómoda que encuentro y salgo sin prisa.
Al llegar, me encuentro con las mismas caras de siempre. Algunos me saludan, pero no me detengo mucho a conversar. Historia es la única asignatura que realmente logra absorberme. El profesor tiene una manera de explicar las cosas que me permite desconectar de todo, al menos por un rato. Es uno de esos pocos momentos en que parece que el mundo se detiene.
Al salir de clase, reviso mi teléfono y veo un mensaje de Liam: "Estoy en Londres, pero vuelvo el fin de semana. ¿Café el lunes👀?". Liam... siempre en alguna parte del mundo, mientras yo apenas sobrevivo a mi rutina. Me sorprende que aún encuentre tiempo para verme cuando vuelve. Sin pensarlo demasiado, le respondo rápido: "Claro, avísame cuando llegues 😉".
Liam es bailarín profesional. Hace unos años se graduó de la única escuela profesional de artes escénicas internacionales que hay en Barcelona y, aunque sus profesores no apostaban por él, ahora mismo es una de las promesas artísticas provenientes de España.
Saber que volverá me da una pequeña chispa de alivio. Aunque nuestras vidas son completamente distintas, él siempre ha sido un punto de apoyo para mí. Mientras él brilla en el escenario, yo me escondo en la tranquilidad de las primeras horas del día, un balance perfecto.
Salgo de la universidad y, en lugar de irme directo a casa, me detengo un rato a caminar. El campus está lleno de estudiantes, pero no hay forma de escuchar nada mientras llevo los auriculares puestos. Frente a la cafetería, me debato si entrar o no.
-Ya llevo 100, esta mañana he quemado unas 400 y aún me queda la comida y si quiero merendar algo... Para no llegar a las 600...- Me digo mentalmente mientras me alejo del escaparate-. Otro día será...Afuera, veo una melena castaño oscuro con su característico coletero verde en forma de lazo. Está sentada en un banco con el móvil en una mano y, al verme, sonríe y agita la mano. Es Clara, una compañera de clase que también está en la delegación, en el departamento de tesorería.
-¡Alex! -me llama. No puedo evitar acercarme, aunque por dentro me pregunto cuanto durará esta conversación.
-¿Ya has terminado tu última clase de hoy?-pregunto, en un intento de entablar una conversación que no llegue a alargarse mucho.
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Volver a bucear [Primer borrador]
Teen FictionEn esta sociedad donde el reflejo en el espejo nunca es lo que los demás ven y las expectativas pesan más que los propios deseos, Alex ha aprendido a ocultar sus pensamientos y inseguridades tras una decaída sonrisa pretendiendo que sabe lo que hace...