Capítulo 4

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Samantha

Fuimos a dar un paseo por el barrio The Rocks, estaba más que emocionada por mostrarle los alrededores, amaba este lugar y quería que él también sintiera ese amor. Caminamos por George Street con las manos entrelazadas, yo no dejaba de sonreír y echarle a Darren unas que otras miradas, me sentía tan feliz que me di cuenta de que haría lo que sea por él.

Se veía tan atractivo que, por momentos, inconscientemente, me mordía el labio.

Lo contemplé una vez más y sentí que algo se hinchaba en mi interior, registré con los ojos su apariencia, llevaba puesto un jersey blanco con cuello partido, pantalones rectos oscuros, botas cortas negras y lentes de sol, su cabello rubio brillante estaba un poco más largo de lo habitual y algo despeinado, se veía muy guapo y relajado.

Yo por mi parte iba vestida con un suéter gris claro con hombros descubiertos, unos vaqueros azules y botas con tacones, mi cabello lo tenía atado en una coleta alta por lo que mis hombros y nuca estaban desnudos.

El sol era genuinamente amable con su suave toque sobre mis hombros desnudos, se sentía tan agradable que era como si me dijera en un susurro cariñoso que estaba dispuesto a acompañar mi buen estado de ánimo. Sonreí asintiendo para mí misma, en verdad estaba feliz.

— ¿Qué pasa?— preguntó él cuándo pescó mi mirada. 

— Te ves bien — respondí contenta, él sonrió.

— Gracias, tú también te ves bien — dijo y beso mi cabeza cariñosamente — Entonces, ¿No me contarás alguna historia sobre esta localidad? Acá tu eres el local ahora mismo — añadió divertido.

— Por Dios, llevo dos semanas viviendo acá — me quejé en respuesta — Pero se algunas cosas — añadí riendo, Darren puso cara de "por supuesto" y se rio conmigo — Por ejemplo, leí en un artículo que The Rocks es el barrio Colonia más antiguo de Sídney, también hay historias de fantasmas de unos antiguos convictos.

— ¿En serio? Interesante — respondió asintiendo pensativo, luego agregó — ¿Sabes? Cuando empiezas diciendo "Leí en un artículo tal cosa" me prende un poco.

— ¿Aunque no sean interesantes las cosas que digo?

— Para mí siempre es interesante las cosas que dices.

Me reí y levanté la mirada en él, justo estaba por decir algo cuando una voz femenina anuncio mi nombre.

Y ahí estaba ella, una mujer madura de ojos azules y cabello rubio trenzado hacia atrás, las arrugas que tenía alrededor de sus ojos se acentuaban más cuando estaba en el sol y entornaban los ojos, llevaba un vestido largos con estampado amarillo y un chal color champán, la tela tiene un brillo que lo hace ver muy elegante.

—¡Margot! Que gusto verte — la salude, era cierto que me alegraba verla.

—¡Niña, te he estado gritando desde hace rato! Pero como te veo tan bien acompañada te perdono — mencionó haciendo gestos hacia Darren con una cara de "preséntame a tu amiguito" aunque no era ningún amiguito, sino mi esposo.

— Ah, Margot, él es Darren, mi esposo. Darren, ella es Margot, la artista con quién estoy trabajando — les presente a ambos con una sonrisa.

—¡Oh!¡Tu esposo!— exclamó Margot con una gran emoción que no cabía en su rostro — ¡Ahora entiendo porque te casaste tan joven! Yo también me hubiera casado así de rápido si hubiera encontrado un hombre tan guapo como él, maravilloso. Eres muy atractivo, ¿Eres consciente de eso?— le cuestionó a Darren con los ojos entrecerrados, mientras lo estudiaba como si tuviera algún tipo de escultura exótica ante sus ojos.

Por Siempre Darren #4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora