Capítulo 4~Padre

259 44 0
                                    

Phuwin observó la fachada del pequeño estudio fotográfico; lo cierto es que encajaba con el estilo de Fourth. Eran paredes negras con dibujos en blanco bastante abstractos que él no podía comprender. Había sido fácil encontrar el lugar, tan fácil como entrar en el Facebook de su hijo, pasar al de su novio, buscar en páginas que seguía y rápido encontró la dirección de "Estudio Naravit; fotografía".

El Omega en su interior estaba más ansioso y molesto que el mismo humano. Su instituto paternal gritando y aullando por buscar respeto y protección por su pequeño cachorro. Phuwin arregló su gabardina de color marrón larga sabiendo que su hijo se molestaría por lo que iba a hacer, también que no debía hacerlo para dejarlo avanzar y crecer, e importándole poco todo aquello entró al establecimiento.

-Hola, buenos días. -Saludó un alegre Omega de cabello semi largo y con sonrisa angelical. -¿En qué puedo ayudarle? -Phuwin fulminó al chico con su mirada molesta haciendo a este sentirse incómodo tras el mostrador.

-¿El dueño? -Preguntó directo acercándose más, el recepcionista apretó sus labios.

-¿Para qué lo necesita?

-¿Está o no está? -Preguntó más irritado
El chico trató de negarle su presencia y correrlo, pues no le parecía buena la actitud enfadada del mayor. Sin embargo, pestañeó viendo sin querer hacia su espalda y aquello le dio la repuesta verdadera a Phuwin.

-¡Señor! ¡Espere! -Gritó siguiéndolo cuando pasó tras el mostrador acercándose a la sala de revelado. Porque sí, Pond era un amante de las cosas bien hechas antiguas y tenía su propia sala de revelación para dar mejor calidad a sus fotografías. -¡No puede entrará ahí!

Pond escuchó el grito de su ayudante, Dunk, y giró hacia la puerta de la sala para ver la figura alta y delgada de un hombre.

-¿Es usted el hermano de Fourth Nattawat? -El Alfa arrugó sus cejas y movió el caramelo en su boca de un lado a otro antes de responder.

-¿Y qué si es así? -Phuwin quiso entrar y estrangular a ese Alfa que ni se dignaba a salir para encararlo. Prendió las luces de la sala roja, por suerte ya habían terminado de recoger la última sesión; pero eso a Phuwin no lo importaba.

Cuando ambos pares de ojos, ya que Dunk había salido huyendo por miedo a estar en medio de una trifulca amorosa típica de su jefe, se adaptaron a la luz repentina, se encontraron en medio de un silencio espeso.

Pond pudo reconocerlo al instante. Era imposible para él, o cualquiera, olvidar tal belleza que se cruzó en su camino meses atrás por la época de Navidad. Hasta enfundado en ese gran chaquetón, con las mejillas y nariz rojas por el frío que se negaba a marcharse, los ojos de furia sobre él o el pelo ligeramente despeinado se mostraba ante él un hombre guapo, realmente precioso y de aroma dulce encantador.

Por su lado, Phuwin, también tuvo el pequeño recuerdo de ese Alfa presumido e irritante que le había chocado y tirado su móvil al suelo en medio de la calle. Y esa sonrisa socarrona, que le había dedicado aquella noche, volvió a surgir en el pelinegro que vestía de negro y comía una paleta irritándolo más.

-¿Con qué derecho te crees para hablarle de ese modo a mi Gem? -Preguntó alterado entrando a la sala, la sornisa de Pond tembló.

-¿Gem? -Repitió recordando al mocoso novio de su hermano, Phuwin asintió frenético. -¿Eres su hermano? -El Omega trató de contener sus ganas de estallar cuando el idiota volvió a sonreír.

-Soy su padre. -Y el silencio de nuevo, esta vez más tenso y sofocante, se creó entre ambos.

-Pues te conservas muy bien. -Fue la frase de Pond la que rompió el silencio. Phuwin gritó yendo hacia él con ganas de golpearlo, manos alzadas en forma de puños. El Alfa elevó sus manos en alto y se echó hacia un lado huyendo de él. -¡Espera, espera! -El mayor trató de nuevo alcanzarlo. -¡Lo siento, ¿vale?!

-¿Lo sientes, por qué? -Preguntó deteniéndose, había acorralado al menor en una esquina. Aún así había cierta distancia entre ambos. Pond suspiró largo y tendido antes de sacar el caramelo de su boca.

-Por lo que le dije ayer a Gemini. -Expuso logrando que el Omega bajara sus manos amenazantes de agarrarlo. -Por lo que puedo ver sobreproteges a tu hijo. -Phuwin asintió con debilidad. Era su mayor problema, pero jamás cambiaria aquello. Su vida era Gemini. -A mí me pasa igual con Fourth.

-Pero yo no insulté a Fourth cuando vino a mi casa para que lo conociera. -Expuso cruzándose de brazos. Pond volvió a examinar su cuerpo de cintura delgada, Phuwin aplaudió frente a su cara para captar de nuevo su atención.

-Lo sé. -Puntualizó el Alfa. -Hablé con Fourth anoche cuando Gemini se fue. Me explicó algunas cosas y, créeme, yo me di cuenta de mi error en cuanto el chiquillo abrió la boca para rebatirme.

-Te diste cuenta de tu error. -Repitió perplejo el Omega.

-Soy un Alfa pretencioso y territorial, pero tengo cabeza y sé reconocer mis errores. -Phuwin elevó una de sus cejas curioso. -Y yo me equivoqué con tu hijo porque él sí quiere a mi hermano y lo hace bien. Además, se le ve buen chico.

-Pues todo esto. -Señaló el aire simbolizando sus declaraciones. -No debes decírmelo a mí, sino a mi cachorro. Él es quien se merece una disculpa de tu parte. -Pond asintió sabiendo que el hombre tenía razón, un hombre atractivo y padre de su cuñado. Sus oscuros ojos volvieron a analizar el cuerpo del Omega y se detuvieron en los mullidos y grandes labios rosados de este. Esos labios debían estar prohibidos con ese brillo ligero natural de la saliva llamándolo al pecado. -Deja de mirarme así. -Damandó logrando solo una nueva sornisa ladeada en él mientras volvía a lamer de su paleta.

-¿Le han dicho ya que su belleza es digna de la realeza? -Phuwin apartó la mirada al sentir sus mejillas calentarse.

-Maldito microbio. -Murmuró en alto antes de dar media vuelta y marcharse.

-Vaya con el suegro de mi hermano.

NOTA: Algo me dice que voy a amar a este Pond jajaja

El suegro de mi hermano ~ PondPhuwin ~ OMEGAVERSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora