Phuwin, a sus quince años, fue padre de un lindo y adorable Alfa al cual nombró Gemini.
Su pequeño, ya con 16 años, acaba de iniciar su primera relación con un Omega adorable y tierno llamado Fourth. Y Fourth tiene un medio hermano posesivo y celoso...
Varias semanas después, Phuwin, había podido volver a su rutina diaria, es decir, había dejado de pensar en la suavidad del cabello pelinegro, en la calma de su voz grave y en sus palabras maduras. Pero ahí estaba él mirando esa estúpida fruta sobre la bancada de su cocina.
Melón.
¿Y quién olía a Melón? Pond Naravit. El Alfa microbio irrespetuoso que le estaba volviendo loco a él y a su lobo de una manera que no llegaba a comprender.
-Tal vez solo es el pánico de que mi bebé pase mucho tiempo con él y se convierta en un estúpido también. -Susurró para sí mismo.
Pond había cumplido su promesa no realizada, había comenzado a pasar más tiempo con Gemini. De hecho muchas veces lo recogía de clases en su moto o coche de su madre y lo llevaba a su casa para que estuviera con Fourth y él hasta que el mayor debía volver a su tienda de fotografía. El fin de semana pasado incluso quedaron todos juntos: Boom, Aou, Fourth, Pond y Gemini.
Phuwin recordaba la sonrisa de su pequeño al contarle ese domingo lo bien que lo había pasado con su mejor amigo Boom, el novio de este Aou, que resultó ser el mejor amigo de Pond y Fourth, y los medio hermanos. Su pequeño no había parecido tan feliz en mucho tiempo y sabía debía agradecerlo en parte a ese Alfa que no abandonaba su mente.
Sin embargo, había un temor irracional en él. Pond comenzó a pasar tiempo con su Gem por lástima y, de nuevo, estaba ese miedo a que su pequeño saliera lastimado.
-¡Papi! -Phuwin suspiró pesado y zarandeó su cabeza sacando los pensamientos frustrantes de su cabeza.
-¡Hola, bebé! -Gritó alegre para esperar recibir a su hijo en la cocina, mas este no venía solo. -Oh, hola. -Saludó al grupo de jóvenes.
-Hola, tío Phuwin. -Boom llegó a su lado para abrazarlo y Phuwin lo zarandeó con cariño, adoraba a ese Omega.
-Hola. -Saludó Fourth ligeramente sonrojado. Había comenzado a adorar los abrazos de su suegro, pero aún le daban algo de vergüenza.
-Hola, pequeño. -Acomodó su cabello con cariño. -Tú debes ser Aou. -El Alfa asintió ofreciendo una reverencia. -Boom me ha hablado mucho de ti.
Aou no era un Alfa de cariños o mostrar afecto, pero era tan sencillo como nombrar a su Omega para lograr que sonriera. La sonrisa de dientes perlados y encías marcadas hicieron sonreír también a Phuwin, que abrazó ligeramente al menor. Cuando Pond fue quien se plantó ante él, Phuwin se cruzó de brazos.
-¡Papi, has comprado melón! -La felicidad en la voz de Gemini reinó en la cocina y opacó el hecho de que Pond no había sido abrazado.
-¿Por qué no vais al salón mientras corto un poco? -Ofreció el mayor, todos asintieron y salieron hacia el sofá y la alfombra del pequeño piso. Pond, mirando todo con lujo de detalle y curiosidad; para él era glorioso porque la casa entera olía a ese Omega.
-No sabía que te gustara el melón tanto, cariño. -Escuchó a su hermano hablar a su novio.
-Papá huele a melón. -Pond miró al instante a su cuñado. Aou no entendía porqué de repente el ambiente serio, Fourth quería abrazar a su novio, Boom parecía enfadado y Pond, idiotamente, se sintió entre halagado y en peligro. Era como si su lobo hubiera sido retado ante el hecho de que el padre de Gemini y él tuvieran el mismo aroma.
Contrariado por esos sentimientos, se dejó guiar por su Alfa hacia la cocina donde Phuwin partía con rabia el melón. Pond supo, que sabía, que estaba allí cuando dejó de lado el cuchillo sobre la bancada, apoyando sus manos en el borde de la misma y agachó su cabeza soltando un profundo suspiro.
-¿Lo ha dicho, verdad? -Preguntó bajo Phuwin. -Es solo una casualidad. -Pond era consciente de que así era, pero era inevitable hacerse ilusiones con ese bello Omega si este sentía cierta atracción por su aroma. Mas le daría una tregua con el tema, porque era un imbécil, pero un imbécil con empatía.
-¿Tienes jamón? -Phuwin se giró y lo miró confuso arrugando sus cejas. -Jamón serrano, el español. -El dueño de la casa señaló su nevera en silencio y examinando cada movimiento del menor.
-¿Qué haces? -Preguntó cuando lo vio colocar lonchas de jamón sobre el trozo de fruta.
-Esto es una delicia. -Phuwin lo miró pestañeando seguido, después miró la fruta y de nuevo al pelinegro.
-Estás demente. Ningún chef aceptaría eso.-Dijo Phuwin estupefacto al verlo comer el melón dulce con el salado del jamón. Las caras exageradas del pelinegro, que demostraban estar comiendo un gran manjar, le hicieron sonreír.
-¿Cómo que no? Al menos P' Felix sí lo hace y él es un cinco estrellas Michelin. -Bromeó el menor con la boca aún llena de comida. La cara de Phuwin cada vez más confusa hasta que Pond comenzó a cantar. -"Cooking like a chef, i'm a five star Michelin." -Canta malamente, fozando su voz grave a sonar aún más de lo que naturalmente es, y de forma exagerada moviendo su cintura logrando hacer reír de nuevo a Phuwin.
Esta vez las carcajadas son más grandes, tanto que agudas y fuertes retumban en la cocina. Pero a ninguno de ellos les importa, Phuwin está por fin riendo cómodo y agusto, riendo real, después de mucho tiempo por alguien más que no sea su bebé. Y Pond se ha quedado bobo viendo al mayor, de nuevo sabe que debería parecerle menos atractivo por como su boca está abierta, la risa exagerada o las venas marcadas en su cuello, pero no. El suegro de su hermano, que es el padre de su nuevo amigo y protegido, es realmente una belleza idílica para él.
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Nota: La escena continua en el siguiente capítulo 🤍
