Capítulo 16~Contigo

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"Juro hacerme cargo de esta responsabilidad"

Phuwin removía su café repitiendo en su mente esa misma frase una y otra vez. Lo entendía, había podido captar las diversas connotaciones que Pond le había dado en esa escueta frase antes de salir de su baño y retomar sus clases y merendar con su hijo.

Pond no solo juraba hacerse cargo de los sentimientos que había ayudado a crecer en Phuwin por él, Pond juraba hacerse cargo de Gemini como si fuera suyo si él le dejaba.

-Los chicos están muy emocionados con que les dejes librar este puente festivo. -La voz de Joong a su espalda le hizo girarse y sonreír.

-Creo que ha sido lo mejor, trabajan mucho y se merecen un buen descanso. -Habló con cansancio. El Alfa se colocó a su lado y le sonrió. Phuwin le miró y rio ante la mirada espeluznante y continua que le ofrecía el menor. -¿Qué? -Joong se cruzó de brazos.

-¿Has hablado con él, cierto? -Phuwin asintió. -¿Lo habéis arreglado?

-Eso creo. -Murmuró. -Ni si quiera sé qué tipo de relación estamos teniendo ni si esto pueda funcionar como ambos queremos. Aún debo estar seguro de demasiadas cosas.

-¿Por qué no le preguntas? -Phuwin dio un trago a su café antes de responder.

-Ni si quiera tengo su número...

-Me refiero a en persona. -Le interrumpió, señalando con su cabeza el ventanal tras ellos y donde se podía ver a Pond apoyado sobre su moto fumando un cigarrillo.

-Lo voy a matar yo antes que el tabaco como siga fumando. -Joong rio alto viendo como su amigo salía de su tienda en dirección al chico vestido de negro.

-Perdón, perdón, perdón. -Comenzó a decir Pond en cuanto vio la mirada filosa del mayor amenazarle y sabiendo que era porque estaba fumando. -Ya, ¿ves? -Sonrió con el palo del caramelo entre sus dientes. Phuwin apretó sus labios para no sonreír, le había parecido tierno sin poder evitarlo.

-Ven. -Phuwin se giró dándole la espalda, porque tenía frío de estar solo con la ropa de trabajo en la calle y porque quería que le siguiera.

-¿A dónde? -Preguntó ladeando su cabeza y sin moverse. -¿Me vas a castigar? -Sonrió con burla.

-Calla y ven. -Demandó rodando los ojos. Al entrar a la pastelería guió al menor hasta su pequeño despacho. Al ambos estar dentro, cerró la puerta y relajó, convenciendo su pedido, a su lobo al abrazarse al torso del menor.

-Amor. -Canturreó Pond, encantado con esa faceta cariñosa del mayor, siendo real que era la primera vez que él buscaba ese tipo de contacto sin haber dramas o peleas por medio.

-No me digas así. -Se quejó buscando alejarse de él sonrojado y siendo detenido por los brazos de Pond rodeando su estrecha cintura.

-Calla, eres mi amorcito. -Murmuró de modo pegajoso, abultando sus labios y pegando su cabeza de lado a la coronilla del mayor por su altura. Phuwin soltó una gran carcajada sin poder evitarlo haciendo que el contrario lo mirara de golpe embelesado.

-¡No me mires así! -Demandó aumentando el sonrojo en su rostro.

-Es que te ríes muy bonito. -Sonrió. Phuwin sabía que mentía y aún así lo sintió como un halago real.

-¡Por la Luna! -Se quejó en cambio y dando un paso atrás hasta romper total conexión con él. -Deja de actuar tierno y vuelve a ser un chico malo. -Pond hizo desaparecer su sonrisa angelical a la par que arremetía contra su cuerpo acorralándolo, con sus ambas manos a cada lado de su cadera, contra el filo del escritorio.

-¿Eso quieres? -Susurró sobre su oído, lamiendo el lóbulo de este después.

-Tampoco te pases. -Dijo sin poder ocultar el temblor del escalofrío que le recorrió.

Pond rio ronco en su oído, haciendo que su aliento cálido chocara en este y el cuello del mayor. Phuwin jadeó un suspiro que trató de contener inútilmente. De un segundo a otro sus bocas se habían buscado como imanes y sus labios se devoraban con fuerza entre succiones y chasquidos.

Pond jaló entre sus dientes del grueso labio inferior y gimió complacido ante lo maravilloso y suave que se sintió. Phuwin gimió cuando la lengua del menor entró en su boca buscando la suya para dar inicio a un juego pecaminoso, pero demasiado placentero.

Cuando se separaron ambos jadeaban en busca de oxígeno reconfortante y tenían sus ojos cerrados sin romper la cercanía. Phuwin trepó sus manos temblorosas al cabello azabache echándolo hacia atrás entre sus dedos y abrió sus ojos para encontrarse con los oscuros que lo examinaban con cierto brillo único que jamás había visto en nadie que le observara.

-Phuwin. -Susurró lamiendo sus propios labios. -Para este puente, ¿tienes planes? -El mayor negó levemente.

-No realmente.

-¿Te gustaría que fuéramos a algún lugar? -Cuestionó abarcando con sus manos los huesos de su fina cadera.

-¿Dónde? ¿Para qué? -Arrugó sus cejas, Pond besó entre estas para destensar ese ceño fruncido.

-Donde sea, contigo, está bien. -Aclaró sacando una sonrisa sutil al mayor. -Y para conocernos mejor, para romper esta tensión que nos está matando.

Phuwin sabía que tenía razón. Que en cierto modo, aunque no le gustara dejar a su hijo solo por tres días, sería lo idóneo marchar con Pond para resolver todas sus dudas aún sin formular. Necesitaba, principalmente, confirmarse que no solo había tensión sexual entre ambos y conocer más que esa fachada de chico malo del menor.

-Está bien, iré contigo. -Pond sonrió y besó con un pico sus labios antes de sonreír amplio.

-Déjame todo a mí, yo lo organizaré.

El suegro de mi hermano ~ PondPhuwin ~ OMEGAVERSE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora