꧁Capitulo 18꧂

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Narrador Omnisciente:

Era una noche fresca en Escocia, y la casa de campo donde se celebraba la fiesta estaba decorada con luces cálidas que iluminaban el paisaje. La música sonaba suavemente mientras los pilotos de Fórmula 1 y sus amigos se reunían para disfrutar de una velada relajante después de una intensa temporada. Las risas y las conversaciones se entrelazaban, creando un ambiente festivo que contrastaba con la tensión que se cernía sobre algunos de los asistentes.

— ¿Dónde está Max? —preguntó Checo, mientras se acercaba a Enzo con una copa en la mano.— Se suponía que vendría.

— Creo que tiene más que ver con Marlena que con cualquier otra cosa —respondió Enzo, tratando de mantener la calma mientras servía un cóctel.

— Vaya, eso suena complicado —dijo Checo, frunciendo el ceño—. ¿Has hablado con él?

— No, y no sé si quiero hacerlo —admitió Enzo, sintiendo cómo la presión aumentaba en su pecho.

En ese momento, Elliot entró en la sala acompañado de su hermana Mariana. La atmósfera cambió ligeramente con su llegada, como si un soplo de aire fresco hubiera entrado por la puerta.

— ¡Checo! ¿Cómo va todo? —preguntó Mariana, dándole dos besos en la mejilla.

— Bien, solo intentando evitar dramas —respondió Checo con una sonrisa, alzando su cerveza como si brindara por la paz.

Lilith apareció detrás de ellos, con una mirada curiosa. —¿Dramas? Suena intrigante. ¿Qué pasa?

— Max decidió no venir porque hay algo de tensión con Enzo —explicó Mariana, mirando a su hermano—. Aunque no sé si debería haberlo mencionado…

— Pero eso ya lo sabíamos —Carlos se encogió de hombros, como si todo fuera un asunto trivial.

— Solo espera a que sepas lo que está pasando —dijo Lando, riendo mientras entraba con una cerveza en la mano—. La situación con Marlena es un poco delicada.

Lilith miró a Enzo con curiosidad. —¿Y tú qué piensas de todo esto?

— Es complicado —respondió Enzo, sintiendo el peso de la conversación sobre sus hombros.

— Quizás deberías hablar con él —sugirió Checo—. La comunicación es clave.

— Lo sé, pero no quiero que se convierta en un drama aún mayor —Enzo suspiró mientras todos lo rodeaban, como si estuvieran esperando un espectáculo.

Mientras tanto, Pierre Gasly se acercó al grupo, con una sonrisa traviesa que iluminaba su rostro.

—¿De qué están hablando? ¿Drama? ¿Puedo unirme?

— Estamos hablando sobre Enzo y Max —dijo Lando, señalando a Enzo—. Parece que hay un triángulo amoroso en juego.

— Cállate, Lando —murmuró Mariana a regañadientas, aunque no pudo evitar sonreír ante la situación.

— Interesante… ¿Y qué piensas hacer al respecto? —Pierre arqueó una ceja, intrigado por el dilema.

— Quizás nada —respondió Enzo, encogiéndose de hombros—. Prefiero evitar conflictos.

A Enzo no le interesaba que Max estuviera molesto; solo quería entender por qué Marlena había estado tan distante todo el día.

Los humanos debemos saber que darle vueltas a lo mismo no es bueno, porque terminamos cometiendo errores o pensando cosas que no son. De una forma u otra, la ansiedad se apodera y fallas; él, como piloto de Fórmula 1, debería saberlo. Pero cuando se trataba de Marlena, perdía el control. Era como si pasara de escuchar al ingeniero a darle el control total del auto. Y Marlena era ese ingeniero al que él le entregaba el control sin pensarlo dos veces; ella no lo pedía, pero él lo necesitaba.

El Amor En La Última VueltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora