Un octubre lleno de historias de amor entre Luzu y Quackity, pero visto desde diferentes universos.
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El Flufftober 2024 finalmente está aquí.
¡¡ Leer "Aclaraciones" !!
Perderse puede llevar a maravillosas experiencias.
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Karmaland no solo era un lugar lleno de magia y personas interesantes, era un pueblo conocido por más cosas que las tragedias que los atacaban ocasionalmente, por ejemplo, sus paisajes y naturaleza. El pueblo contaba con lugares maravillosos para visitar, paisajes llenos de diversas flores, praderas verdes, los bosques más diversos de la región y unas cascadas bellísimas.
Durante ese descanso, Luzu y Quackity habían planeado un viaje tranquilo para ver las maravillosas cascadas, pensando en acampar ahí mismo un par de días para relajarse y luego volver a sus vidas de héroes de Karmaland. Sin embargo, los dioses planeaban algo más divertido para ellos.
—Quacks— el castaño habló mientras veía con confusión el mapa en sus manos, estaba seguro de que había algo extraño en este pero no podía explicar el qué —Creo que dimos un giro equivocado.
—No me digas eso Luzu, por favor— chilló el pelinegro, sentado en el suelo con su espalda recargada en un árbol, cansado por la larga caminata que habían dado —Llevamos caminando por horas...
—Eso es lo más extraño— mordió su labio, intentando averiguar en qué parte habían dado un mal paso para desviarse tanto —Desde el centro del pueblo, es solo una hora caminando hasta las cascadas, debimos de haber llegado hace mucho, pero no estamos ni siquiera cerca.
—Ya valimos madre, nos vamos a morir aquí— Quackity siguió quejándose, sacando un pan de su mochila para comenzar a comer, resignado a que estaban perdidos —¿Cuáles quieres que sean tus últimas palabras? Creo que tengo un cuaderno, podemos usarlo para dejar nuestra despedida de este mundo.
—Eres un exagerado— Luzu finalmente dejó de lado el mapa, viendo a su novio en el suelo con molestia, si ya estaba estresado por haberse perdido, su actitud no le ayudaba nada en calmarse —Podemos encontrar el camino de regreso, solo necesitamos seguir esto en reversa y...
De un momento a otro, un pequeño gatito apareció de entre los arbustos, llamando la atención de ambos chicos que lo vieron confundido, no todos los días veías a un gato doméstico en el medio del bosque tan confiado de acercarse a los humanos. Los dos se miraron con curiosidad antes de volver al gatito, quien ahora se había acercado un poco más, maullándoles.
—Pobre, debe de tener hambre— Luzu no se resistió a los encantos del felino, agachándose para poder acariciar su cabecita, caricias que fueron recibidas con gusto —Creo que tengo algo de pescado para él en mi mochila.
—Yo también tengo hambre y soy tierno ¿Por qué a mi no me das el mismo cariño?— en un puchero, Quackity se quejó de la atención y amor que recibía el gato de parte de su novio.
