Un octubre lleno de historias de amor entre Luzu y Quackity, pero visto desde diferentes universos.
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El Flufftober 2024 finalmente está aquí.
¡¡ Leer "Aclaraciones" !!
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Luzu se encontraba terriblemente confundido en ese momento, recién había despertado después de un duro día y todo parecía estar de cabeza. Solo le fue suficiente con salir de su habitación para darse cuenta de que algo malo estaba sucediendo, pues el humo que salía de la cocina y los sollozos de su bebé eran una mala señal.
Caminó con calma hasta el lugar, encontrándose con una imagen triste pero terriblemente tierna: Tilín y Quackity veían fijamente a las galletas que al parecer habían estado haciendo, con la pequeña teniendo lágrimas en sus ojos mientras el adulto intentaba descifrar qué había hecho mal.
—Buenos días— hizo notar su presencia con una simple oración, ganándose la atención de los dos amores de su vida, quienes corrieron para abrazarlo —Creo que no fue una mañana tranquila ¿No? ¿Alguien quiere decirme qué pasó?
La bebé negó, abrazada a su pierna entre sollozos, balbuceando algunas cosas que por sus lágrimas el castaño no podía entender. Con cuidado la tomó en brazos, dejando que se acurruque en su pecho a la vez que ahora buscaba respuestas con Quackity, quien más que verse culpable podía notarlo avergonzado.
—Intentamos hacerte galletas— el pelinegro fue directo, tomando su teléfono para mostrarle el video de una receta que había encontrado en internet el día anterior —Tilín estaba muy emocionada, quería hacerte algo rico porque te veías muy cansado y bueno...
Los tres vieron la bandeja de galletas, el humo se había calmado y podían ver mejor las áreas quemadas de las mismas. Honestamente, Quackity se sorprendía de que no estuvieran carbonizadas, para él ya era una victoria pero para su pequeña no, quien comenzó a llorar nuevamente en los brazos de su papi Luzu.
—Quería algo bonito— Tilín sollozó, aferrándose a las ropas de su papi —Lo siento.
El castaño miró con atención la escena un poco más antes de soltar una pequeña risita, con su mano libre acarició la espalda de su princesa en búsqueda de consolarla mientras dejaba besos en la mejilla de su esposo. La cocina era un desastre de galletas quemada e ingredientes tirados por el lugar, pero la intención había sido tan pura y tan linda que en su corazón había sido imposible agarrar rencor de algún tipo, solo tenía un montón de amor por esas dos personitas que querían demostrarle que su cariño.
—No se preocupen, podemos solucionar esto— Luzu llamó nuevamente la atención de los dos pelinegros, aguantando una carcajada cuando vio sus caritas de llanto tan parecidas pendientes a lo que decía a la vez que dejaba a su princesa sentada en una silla alta —Primero vamos a limpiar esas lágrimas, un error lo comete cualquiera y lo importante es que ninguno de ustedes se quemó.
