10: 𝓛𝓪𝓽𝓲𝓭𝓸𝓼 𝓭𝓮𝓵 𝓬𝓸𝓻𝓪𝔃ó𝓷

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La noche era hermosa, todos dormían profundamente, soñando en algún recuerdo feliz, la luna hoy brillaba mas que su nunca, las estrellas resplandecían, a pesar de estar dormida a esas horas de la madrugada, Rosse miraba el suelo, sin ningún pensam...

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La noche era hermosa, todos dormían profundamente, soñando en algún recuerdo feliz, la luna hoy brillaba mas que su nunca, las estrellas resplandecían, a pesar de estar dormida a esas horas de la madrugada, Rosse miraba el suelo, sin ningún pensamiento o ninguna razón por la cual mirar el suelo en lugar de dormir.

Terry herido con ayuda de Albert pudo llegar a los dormitorios, dando pasos lentos por dolor, atrasando sus pies.

Con dificultad llega al dormitorio de Rosse, golpeando la puerta con desesperación, pudo abrir la puerta pero cayo a suelo, sorprendiendo a una Rosse al sentir el golpe.

 —¿Terrence?—Terry con dificultad se levanta —¿que.. te paso?— pregunto preocupada Rosse acercándose a el.

—¿Era tu cuarto bruja misteriosa? lo siento se equivoco— Contesto Terry limpiándose la cara, en ella tenia un golpe, su ropa estaba rasgada.

—¿Bruja misteriosa? ¿Se equivoco? ¿de que estas hablando?— Pregunto Rosse pero no recibió respuesta, pudo notar que tenia sangre y un cajón saco una gaza y alcohol — Acércate, tal ves no te cure como un profesional pero espero te sientas mejor. —Le curo la herida—¿Qué te paso?

—Tuve una pelea por algo estúpido

—Pues parece que no era algo tan estúpido si estas tan lastimado— Dijo aun curando su herida.

—Tuve desventaja eran muchos contra mi, un tipo apareció y me trajo aquí— Suspiro, su aroma era a alcohol, pero no el alcohol de curaciones sino licor.

—Has estado bebiendo ¿no— Pregunto Rosse, levantando una ceja— ¿y de que tipo estas hablando? no creo que haya una persona tan buena como para ayudar a un joven borracho en una pelea.

—Era rubio y se llama Albert o algo así— Tras esas palabras Rosse se detuvo, quedándose paralizando, estaba sorprendida, no sabia que el estaba aquí, pero será una coincidencia no, no puede ser el mismo Albert que ella conoce.

—No puedes estar aquí, además de que hueles a alcohol, las monjas andan rondando por todo el lugar, debes ir a tu dormitorio— La herida de Terry sangra, ¿por que peleara tanto, es una familia noble, tan idiota será? —No quiero que te metas en mas peleas, cuando me vaya ¿Quién va a curarte?— Lo ayuda a levantarse.—Parece que tu herida es profunda, una sola curación no podrá ayudarte, necesito ir a una farmacia— Terry la detiene.

𝑆𝑢𝑠𝑢𝑟𝑟𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛. --𝑇𝑒𝑟𝑟𝑦 𝐺𝑟𝑎𝑛𝑑𝑐ℎ𝑒𝑠𝑡𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora