High School DxD: Magus

Capítulo 8: Siege

Con Tobio habiendo ido a lidiar con los exorcistas callejeros escondidos en la iglesia abandonada, sin su compañero canino, eso dejó a Connor con un huésped muy inusual en la casa y la persistente posibilidad de que alguien viniera a terminar lo que los invasores de la casa habían comenzado.

El mago estaba terminando su trabajo en la puerta, después de haberle dedicado poco más de cinco minutos. Era una solución rápida: una barricada construida a toda prisa utilizando la puerta original, la mesa del comedor y el sillón de la sala de estar, todos ellos pegados entre sí por runas de Nauthiz en cada superficie de contacto de los objetos en cuestión. Todo era feo, pero funcional. Nada entraría ni saldría a menos que la puerta misma fuera destruida por una razón u otra.

Esto dejó a Connor con la única salida posible: el patio, que no era el mejor lugar, pero era solo temporal. Tendría que quedarse con los zapatos puestos mientras estuviera adentro esa noche.

También se había tomado un tiempo para hurgar entre el equipo y las herramientas de los exorcistas muertos. Ambos hombres llevaban un arma de fuego y un arma de combate cuerpo a cuerpo, así como varias otras herramientas para trabajar en el campo de la "purificación de lo impío".

Entre los objetos más intrigantes se encontraba una de sus espadas ligeras, si se atrevía a llamarla así. Pesaba bastante poco en la mano en comparación con la espada rúnica, la empuñadura tenía una protección inclinada en la parte superior y varias secciones de metal ligero de diferentes grosores que componían su cuerpo principal. Hacia la parte inferior, el arma tenía una empuñadura de goma que albergaba lo que supuso que era la célula de energía, y estaba rematada con un pomo con ranuras cortas semicirculares y un clip para colgarlo de un cinturón.

Cuando presionó un botón empotrado cerca de la parte superior, una hoja de luz salió disparada y se detuvo aproximadamente a la longitud de su brazo. Admitiría sin problemas que se perdió por un momento, paralizado por esta fusión surrealista de tecnología y magia. El resplandor azul claro era agradable a la vista y el zumbido que generaba era casi hipnótico. Aún mejor era que, a diferencia de su espada rúnica, no había contrapeso para el arma; todo estaba en la empuñadura.

Si alguna vez conseguía varias espadas de luz, se imaginaba que no saldría del apartamento durante mucho tiempo, incluso a costa de la escuela. Estaría demasiado ocupado desmantelando las armas e intentando aprender cómo funcionaban. Solo pensar en ello le traía una sonrisa al rostro.

Mientras se familiarizaba con su nueva arma y agregaba un par de runas a la carcasa exterior, intentó romper el hielo con Jin.

"Entonces, uhh... ¿Cómo habla Tobio contigo?"

Jin inclinó la cabeza.

-¿Te habla así todo el tiempo? -señaló de un lado a otro entre los dos- ¿o pueden hablar telepáticamente?

Jin levantó su pata y golpeó el suelo con ella dos veces.

-¿Telepatía, entonces? -Jin asintió-. Está bien, tiene sentido. ¿Puedes hacer eso con cualquiera?

Connor podría haber jurado que vio la ceja izquierda del perro levantarse.

-Eh, lo que quiero decir es que... cuando saltaste hacia esa sombra en el techo, supuse que podrías hacerlo con cualquier cosa o con cualquier persona, ¿no? -Jin asintió-. Bueno, si saltas hacia la sombra de una persona, ¿puedes hablar con ella telepáticamente?

Un movimiento lateral de la cabeza del perro lo derribó.

-Está bien -murmuró decepcionado-. Supongo que estamos atrapados así, ¿no?

Jin se encogió de hombros, lo que hizo que su melena se inflara un poco.

"Bueno, podría ser peor. Por cierto, además de saltar entre sombras, ¿qué más puedes hacer?"