mystical time | aaron hotchner

02.

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❝ The men starts war yet troye hate hellen ❞

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— ¿Por qué tienes que ir tú?

Charlotte abrazó al moreno, tratando de que el mal humor se le pasara pero sin demasiado éxito.

— Derek, yo hice este tipo de misiones cientos de veces — Charlotte se acomodó mejor en la cama qué compartían, tomando el rostro del moreno para que sus ojos la vieran a ella — Es lo más justo, y además, no quiero dejar solo a Spencer en esto.

— No me gusta esta idea — negó él, suspirando ante las caricias que la pelirroja estaba dejando en su mejilla en orden de persuadirlo, casi teniendo éxito — Casi mueres hace poco, no es justo que tu seas la que se vuelve a arriesgar. Deberíamos hablar con Hotch y…

— Morgan — la pelirroja puso una mano en su pecho, deteniéndolo mientras negaba — Hotch iba a mandar a Emily, yo le pedí ir, él no quería.

— ¿Por qué le pediste eso?

— Porque iba a enviar a Spencer y no quiero dejarlo solo — el moreno suspiró al escuchar esa respuesta, llevándose una mano al rostro — No tiene este tipo de experiencias y no se si Emily las tiene como para protegerlo así que…

— No tienes que proteger a nadie, Charlotte. — el tono duro dejó ver su enojo, haciéndola sentir mal — No es el ejército, no es como si estuviéramos a tu cargo, somos un equipo pero somos agentes, si algo sucede tu no tienes que ponerte esa pérdida sobre tu hombro.

Ella mordió su labio nerviosa. Cuando estás allá afuera con el enemigo a cada paso, el Sargento de cada batallón cuida de su tropa, trata de mantener las muertes en lo más mínimo y si es necesario muere por su gente, ella tenía eso en su sangre y las secuelas no se iban tan fácilmente.

No podía imaginarse a Spencer y Emily pasando por aquello y quiso evitarlo, por eso lo hizo.

— Hay cosas que no se van tan fácilmente de uno, Derek. — el moreno se preguntó si aquello que decía se limitaba solamente a su vida profesional y no a la amorosa — Esto es quien soy, no puedo sacarlo de mi simplemente.

— No digo que lo hagas. — él la abrazó contra su pecho mientras dejaba un beso en su frente, porque amaba tenerla cerca — Solo quiero que te priorices un poco más. Yo… no quiero perderte, Charlotte.

— No lo harás.

Derek dudaba de que eso fuera cierto, pero jamás había sentido algo remotamente parecido a lo que sentía por ella así que solo decidió de aprovechar el tiempo que tenía.

(...)

El lugar era árido y  caluroso, precario por donde se mirarse y el aire parecía plagado de algo denso que te quitaba toda la energía que tu cuerpo podía llegar a poseer.

Charlotte lo notó apenas bajó de aquel vehículo con Spencer y una empleada del departamento de policía local.

No le gustaba para nada el panorama. Una niña llamando diciendo que un hombre se metía a su cuarto a tocarla diciendo que “es la voluntad de dios” diciendo que no era la única, para encontrar que efectivamente, una secta había lavado el cerebro de varias personas de una comunidad pequeña y ahora eso era asunto nacional.