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—Creo que voy a ir a ver a Jimin.— Dijo Namjoon mientras guardaba su teléfono móvil en el bolsillo de su abrigo.

—¿Ahora?— Cuestionó Seokjin mientras se secaba el pelo con una toalla. —Está lloviendo mucho y hay tormenta.

—No me contesta a los mensajes ni a las llamadas. Me tiene preocupado.

—Oh, entiendo. Entonces ten cuidado al conducir, hyung. Avísame cuando estés con él.

—Claro.— Namjoon dejó un pequeño beso sobre los labios de su pareja antes de salir de casa y subir al coche.

Cuando iba a mitad de camino, tuvo que frenar en seco porque una persona se cruzó en medio de la carretera.

—¡Joder! ¡Pero qué-!— Cuando bajó del coche para ver de quién se trataba, se sorprendió al ver que el que estaba ahí, bajo la lluvia, era Jungkook.

El menor, que del susto se tiró al suelo, seguía sentado sobre la carretera.

—¿Jungkook ? ¿¡SE PUEDE SABER EN QUÉ PENSABAS?! ¡CASI TE ATROPELLO!— El mayor se acercó hasta el contrario para taparle con el paraguas.

—T-tienes razón, Namjoon...

¿Jungkook estaba llorando?

—S-soy un gilipollas... m-me he portado f-fatal con Jimin...— Dijo Jungkook con la voz entrecortada por el llanto. Todas esas lágrimas que estuvo reprimiendo durante tres largos meses, salieron desbordadas después de la discusión con Jimin.

—Anda, sube al coche.

Cuando ya ambos estaban en el vehículo, Namjoon continuó conduciendo hasta la casa de Jungkook y Jimin.

—¿Quieres hablar?— Preguntó el mayor, rompiendo el silencio.

—¿Por qué ibas a perderlo?

—Por cómo me he portado con él... Ya estuve a punto de perderle una vez y, aún así, le he tratado fatal.

—Solo tenéis que hablar y aclarar las cosas-

—Antes no le dejé hablar... volví a evitarlo y me fui de casa.— Jungkook volvió a llorar. Se sentía el ser más despreciable del mundo.

El mayor prefirió no volver a decir nada.

Unos minutos después, Namjoon aparcó frente a la casa de ambos.

Cuando Jungkook abrió la puerta, se sorprendió al ver todo el salón patas arriba.

—¿J-Jimin?— Entró en casa con cautela, intentado no pisar ningún cristal.

—¿Pero qué coño ha pasado aquí?— Exclamó Namjoon.

—¿¡Jimin?! ¿¡Dónde estás?!

—¡Jimin, no te muevas!— Namjoon, que se había dirigido a la cocina, vio al menor sentado en el suelo, rodeado de cristales rotos. —¡Puedes cortarte! Déjame que limpie esto un poco.

Namjoon y Jungkook recogieron gran parte de los cristales del suelo antes de acercarse a Jimin.

—Lo siento...— Dijo Jimin, con la mirada perdida. —He roto la tele...

—¿Todo esto lo has hecho tú?— Obtuvo un asentimiento con la cabeza como respuesta. —¡Dios, Jimin! ¡Pensé que habían entrado a robar y que te había pasado algo! ¡Casi me da un infarto!

—Perdón...

—Voy a curarte eso, ¿vale?— Namjoon intervino en la conversación cuando se fijó en las heridas que tenía Jimin.

Con cuidado, le cargó en brazos y le sentó en el sofá. Cuando trató de quitarle el plato para poder curarle las manos, Jimin lo agarró con más fuerza.

—No lo toques...

—Perdón, Jim... Pero necesito que lo sueltes para poder curarte las heridas.

Namjoon no fue capaz de aguantar las lágrimas. Se limitó a llorar junto a la pareja mientras abrazaba a Jimin.

—Hoy era su cumpleaños, hyung...

Namjoon, después de estar varios minutos abrazando a su amigo, se separó de él para obligar a Jungkook a sentarse en su lugar.

—H-hyung... yo-

—No quiero hablar, Jungkook... q-quiero un abrazo.

Por fin, después de tres meses sin atreverse a tocarle, Jungkook abrazó a su marido.

—Saldremos de esta los dos juntos, hyung.— Dijo mientras acariciaba la espalda ajena. —Te lo prometo.

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𝓒𝓘𝓡𝓒𝓛𝓔𝓢 ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿWhere stories live. Discover now