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Pasaron seis meses desde que la familia Jeon-Park pasó a tener dos nuevas integrantes.

Jimin se recuperó rápidamente del parto y le dieron el alta a él y a sus pequeñas unos días después de ser ingresado.

Ya podía moverse con total libertad, sin una enorme barriga de por medio, y había vuelto a su peso de antes de quedar embarazado. Lo único que seguía haciéndole compañía era un terrible dolor de espalda.

La pareja aún se estaba acostumbrando a dormir a ratos mientras criaban a dos hermosas bebés.

En tan solo esos meses, pudieron ver lo diferentes que eran sus hijas a tan corta edad.

Jihye era más inquieta y nerviosa que Chaewon, pero ésta última era la más llorona. Lloraba cuando no estaba cerca de Jimin, sobre todo.

Además, cuando una lloraba, la otra lloraba también. Por eso Jungkook y Jimin siempre se apresuraban a calmar a la primera que rompiese a llorar antes de contagiar el llanto a la hermana.

Esta semana Jungkook se había propuesto ser él el que atendería a sus hijas cuando se despertaran de madrugada, puesto que era Jimin el que siempre lo hacía, y él también tenía que descansar.

Por eso mismo, Jungkook se quedó a hacer guardia sentado en una silla al lado de ambas cunas.

—Kookie, no seas bobo. Duerme en la cama, anda.— Insistió Jimin mientras tiraba de la mano del menor.

—No, no, hyung. Si me duermo en la cama no las escucharé llorar, como me pasa siempre.

—No importa, Kookie. Yo me ocuparé.

—De eso nada, hyung. Estás agotado, se te nota en la cara. Hasta tus ojeras tienen ojeras.

Jimin se tocó su propia cara.

—¿Tan mal estoy?— Hizo un pequeño puchero.

—Hyung.— Jungkook besó la frente del contrario. —Vete a dormir. Esta vez te dejaré dormir la noche entera sin interrupciones.

—¿Estás seguro?

—Segurísimo.

Jimin acabó cediendo y se fue a su habitación después de dar su respectivo beso de buenas noches a sus hijas y a su marido.

Nada más tocar el colchón, cayó profundamente dormido.

Desgraciadamente, su sueño se vio interrumpido por sus dos pequeñas llorando.

Jimin esperó un par de minutos para ver si veía alguna luz encendida o alguna señal de que Jungkook se había levantado a darles el biberón, pero no hubo ni un solo movimiento en la casa.

Al final, se levantó de la cama y caminó a la habitación de sus hijas, que estaba justo enfrente a la suya.

—¿Kookie?— Cuando entró en la habitación, se encontró a Jungkook dormido recostado sobre la cuna de Jihye con un brazo colgando en el interior de esta, con un sonajero que, a su vez, colgaba de uno de sus dedos. —Ts... este hombre es increíble...— Se acercó hasta el menor para darle un par de palmaditas sobre la espalda. —Jungkook, despierta.

Lo único que obtuvo como respuesta fue un ronquido.

Jimin fue el encargado de llevar a sus dos pequeñas en brazos hasta la cocina para darles el biberón, como todas las noches.

Tuvo que estar unos 15 minutos balanceándose de delante a atrás mientras daba palmaditas en las espaldas de sus bebés hasta que por fin volvieron a quedarse dormidas.

A la mañana siguiente, Jungkook despertó con un terrible dolor en el cuello y la espalda.

Cuando terminó de abrir los ojos, se dio cuenta de que las dos cunas estaba vacías.

—¡Mierda!— Maldijo. —He vuelto a quedarme dormido...

Cuando Jungkook bajó al salón, Jihye estaba riendo con un móvil de luces que se movía en círculos y Chaewon estaba dormida sobre el pecho de Jimin en el porta bebés.

—B-Buenos días, hyung.

—Buenos días.— Respondió Jimin mientras preparaba algo para desayunar.

Por cómo le había contestado, Jungkook sabía que Jimin estaba enfadado. Y tenía razones de sobra para estarlo.

—Hyung... yo... lo siento. Me quedé dormido y-

—Tres veces, Jungkook.— Interrumpió Jimin, no queriendo alzar mucho la voz para evitar despertar a Chaewon. —Se han despertado tres veces y tú no te has enterado de ninguna de ellas aún teniéndolas al lado.

—Lo siento mucho, hyung. De verdad...

—Siempre me dices lo mismo, Jungkook.— Jimin frunció el ceño.

—Perdón... es que... ayer volví cansado del trabajo y-

—¿Y yo no? ¿Tú eres el único que vuelve cansado del trabajo?

—No, no quería decir eso-

—Hazte tú el desayuno.— Sentenció Jimin antes de agarrar un par de cuencos y caminar hasta la mesita del salón.

©_sunwonuuu

𝓒𝓘𝓡𝓒𝓛𝓔𝓢 ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿWhere stories live. Discover now