Sky's Point Of View:
Luego de unos diez minutos de viaje, llegué a mi departamento, dios, hace mucho que ya no venía. Saludé al recepcionista y subí hasta el piso cinco, busqué mis llaves en mi bolso y abrí la puerta de mi departamento.
Todo estaba sucio y desordenado, ropa sin lavar, tiestos sin lavar ¡hasta sostenes que no eran míos colgaban en la lámpara! Aveces como te odio hermano.
—¡Alex! —grité y cerré la puerta.
Éste apareció de la cocina con su respiración agitada.
—¡Oh dios! ¡Gracias por llegar! —me abrazó fuertemente—. Mamá llega en dos horas y quiere que le preparemos una cena, pero yo no sé cocinar y ugh, todo mal.
—Bien, tú limpias y yo cocino. —ordené.
El asintió y fue en busca de una escoba, en cambio yo, fui hacia la cocina a preparar algo. Luego de una hora la comida ya estaba en el horno, fui hacia el comedor para verificar si Alex se encontraba allí. Al no verlo, me senté en uno de los grandes sillones.
—¿No deberías estar haciendo algo? —Alex apareció frente mi.
—Ya acabé ¿tu?
—También, ¿hay que cambiarnos o...? —deja la pregunta incompleta.
—Así. Tampoco vamos a recibir a la reina.
—Pero si vamos a recibir a mamá.
—Sí pero, ugh. No importa, al menos yo, quedaré así. —tomé el control remoto y encendí la televisión.
Alex se sentó al lado mío y comenzamos a ver un programa de elefantes, ¡que divertido!
Luego de unos cuarenta minutos viendo el súper programa de elefantes, unos golpes se oyen de la puerta principal, mamá a llegado.
—Vas tú.
—No, claro que no. Irás tú. —me negué.
—Oh no, por supuesto que no, yo soy el mayo y te ordeno que vayas a abrir la puerta. —apunta.
Suelto un suspiro y voy hacia ella. Dios mio, apiádate de mí. Abrí lentamente la puerta y una hermosa cabellera morena con una esplendida sonrisa, a pesar de todo ella era hermosa y una gran mujer, mamá.
—¡Mi princesita hermosa, preciosa, del alma! —abre sus brazos.
Aquí vamos.
—Mamá. —sonreí incómodamente.
—Ven aquí mi rayito de sol.
Me acerqué lentamente y rodeé su cuerpo. Ella me apretó contra a ella y comenzó a depositar besos en todo mi rostro.
—Dios estás bella. —me miró—. Pero mira que grande están. —apuntó a mis delanteras.
—Mamá, basta. —me quejé.
—Bien, bien, lo siento. ¿¡Donde está mi pequeño saltamontes? —grita y entra.
Solté un suspiro y cerré la puerta.
Mamá ve que Alex estaba sentado en el sofá y ella se tiró encima de él.
—¡Mi bebé hermoso! —agarra las mejillas de mi hermano y las pellizca.
—Hola mamá.
—¿Como estás hermosura? ¿Como está lo de allá abajo? ¿Cada vez más grande?
Oh dios mio. ¿Ahora me entienden? ¡Y es casi similar con nuestros amigos!, ella puede ser la mejor mamá del mundo, pero nos hace pasar vergüenza como a nadie.
—Dios mamá, basta. —dice Alex mientras se sonroja.
—Está bien, está bien. Supongo que me prepararon algo para cenar, ¿no? —nos mira fijamente.
—Sí madre. Ven, vamos a la mesa.
+
Luego de una cena, mhm, ¿como decirlo?, intensa, sí, intensa. Los tres fuimos hasta el comedor a ver películas mientras comíamos pop corn.
En la mitad de una película elegida por Alex, la puerta suena, indicando que alguien golpeaba. Como nadie daba intención para levantarse, lamentablemente tuve que hacerlo yo.
Abrí la puerta, encontrándome con una cabellera rubia, sonreí al instante.
—¿Hola?
—Uh, hola. —sonrió incómodamente.
—¿Necesitas algo?
—Eh, olvidaste esto en mi casa, solo vine a entregártelo. —me entregó una camisa, ancha y oscura.
—Esto no es mío, Justin. —miré la camisa.
—Sí, ya lo sabía. —acomodó su cabello—. Solo era una excusa para pasar por aquí y verte.
Joder, ¿porque es tan tierno?
holisssssss, perdón la tardanza, no tengo escusas, soloooooo, ñe, no losé, lol. No sé que decirles así que, aloha.
¿Me harían un favor? ¿pueden pasarse por mi nueva obra? su nombre es Music Store, ¡sé que les gustará!
Voteeeeen y comenteeeeeen<3