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Seguías leyendo el libro, te faltaba casi la mitad, estabas por terminarlo.
Pero... Eso no era todo, después de lo que había pasado hace dos días, el sñr. Nicolás no dejaba de abusarte o tocarte.
Pero cuando no querías verlo, ibas a la habitación de tessa, ahí te sentías segura de no tener que aguantar a ese hombre.
...
Ahora te encontrabas almorzando con tu familia, todo estaba en silencio, no hablaba ninguno de ustedes, tu nisiquiera querías voltear a ver a tus padres y tessa menos.
Pero lo que te aliviaba, es que el sñr.nicolas no estaba en la mesa, normalmente el se sentaba junto a ti y te empeza a tocar la pierna, subiendo hacia tu parte baja.
Por lo menos no estarías incómoda, pero con tus padres era peor, que ellos mismos Ayan vendido tu cuerpo solo por ¿dinero? Ridículos.
Era una decepción, tampoco tus padres se atrevían a hablarte o mirarte, solo lo hacían algunas veces para decirte que sea un poco más femenina y "respetuosa", tenias que ser la "perfecta hermana mayor"
Y linda... Para ese ipocrita de hombre...
Ahora mismo habías terminado de comer, solo dejaste tu plato en la mesa y te fuiste a la sala, solo querías estar tranquila leyendo tu libro favorito.
Cuando te sentaste en el sofá, N pasaba por el pasillo junto al salón, cuando te miro, recordó la noche donde te habían quitado... Pues... Ya sabes.
Dejó la bandeja de un lado y se acercó a ti apenado, te tocó el hombro haciéndo que te sobresaltaras.
─ ¡uhm!... Oh... Eras tu N, ¿que pasó? .
Preguntaste amablemente intentando no ser cortante, si que te había afectado esa noche, para volverte más corta y/o fría de lo normal.
─ s-señorita ____, quería venir a pedirle disculpas por no poder ayudarle en esa 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦.
Tu solo lo miraste y le sonreiste.
─ tranquilo N, ya lo voy a superar, tu calmado, que de seguro no va a "volver" a "pasar".
Le dijiste mintiendole amablemente tratando de convencerlo para que no se ponga sentimental por lo de esa noche hace dos días.
─ si...
Hablo el worker algo convencido y menos preocupado, tu solo para calmarlo lo abrazaste sorprendiendolo.
Este solo te correspondería soltando algunas lágrimas de su visor, por no haber podido ayudarte en algo en tus momentos difíciles.
Y empezó a creer que era un " inútil" como le decía J, o eso creía.
Tu lo llevaste al sillón y lo seguías abrazando, te acostaste de lado y seguía correspondiendote el abrazo, soltando pequeños zollosos.
