Capítulo 3: Algo que debo ocultar.

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Parpadea varias veces, sintiendo la calidez del sol en su rostro mientras su mente lucha por conectar lo que veía con lo que recordaba. Un suave peso sobre su pecho lo hace fruncir el ceño; había un brazo... un brazo que no era suyo.

Mira hacia abajo lentamente, su respiración se corta cuando se da cuenta de que está completamente desnudo.

El brazo que lo rodea le pertenece a alguien más, alguien que descansaba a su lado, con el aliento rozándole la piel de la nuca.

Con el corazón acelerado, gira la cabeza con cuidado, solo para encontrarse con el precioso adonis que conoció la noche anterior: Shōto.

Su cabello bicolor ahora desordenado se extendía sobre la almohada, y aunque su expresión era tranquila, parecía que aún seguía profundamente dormido, su respiración era lenta y pesada.

El pánico no tarda en golpearlo.

"¿Qué demonios está pasando?"

Trata de recordar los eventos de la noche anterior. Fragmentos difusos de luces de discoteca, risas, y el rostro de Shōto cruzaban por su mente. Su respiración se corta.

¿Cómo es que habían pasado de hacer piques ilegales, comer hamburguesas veganas en el auto del bicolor y quejarse de su sabor a esto?

Ya lo recuerda, o al menos por partes, aún está demasiado mortificado como para pensar con claridad.

Recuerda lo genial que se veía Shōto conduciendo a toda velocidad, coqueteando sutilmente con él, sonriéndole mientras bebían.

Una cosa llevando a la otra y... ahí estaba. Lo peor es que no podía decir que Shōto se aprovechó de él, pues aunque había licor en su sistema, estaba muy consciente de lo que quería e hicieron.

—Oh no... —murmura para sí mismo, con los ojos bien abiertos. Siente su corazón martillar en su pecho.

Respira hondo, intenta calmarse.

Solo había una cosa que sabía con certeza: tenía que salir de ahí antes de que Shōto despertara y esto se volviera aún más incómodo.

Tratando de liberar el brazo que lo mantenía pegado al pecho del alfa, comienza a moverse con cautela, su mente está llena de recuerdos y una creciente sensación de vergüenza.

"Tranquilo... Solo tienes que salir de aquí... Nadie tiene por qué saber nada."

Apenas logra liberar su torso del agarre de Shōto cuando este se remueve en su sueño, murmurando algo ininteligible. Izuku se congela en su lugar, sus ojos se cierran con fuerza, rogando que no despierte.

Suspira cuando Shōto emite un tierno ronquido y vuelve a su siesta, así que aprovecha aquello para retomar su intento de escape.

Justo cuando pensaba que había logrado liberarse, Shōto lo abraza de nuevo, tirando de él hacia su pecho. Izuku suelta un leve jadeo, sintiendo la calidez de la piel de Shōto contra la suya. Sus cuerpos estaban demasiado cerca, y la sensación lo hace estremecerse.

Solo entonces se percata del dolor entre sus muslos, piernas, caderas... Y de cierto líquido resbaloso que sale de su entrada por montones.

Aquello lo paraliza.

En este punto, es obvio lo que sucedió entre ellos, pero... ¿sin protección? ¿En serio? Una cosa es ser descuidado, otra cosa es ser negligente respecto a su salud sexual y la mierda esa de planificación familiar.

Debe comprar la pastilla urgentemente.

No solo había cruzado límites con un completo desconocido, sino que, además fue imprudente. Toca su nuca al instante y suelta un suspiro de alivio al sentir que está intacta, sin una marca de reclamo.

Guarda silencio [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora