Shōto atrapa a Izuku antes de que su cuerpo golpee el suelo, y su corazón se detiene por un segundo. El pecoso está pálido, su respiración es superficial y el sudor frío cubre su frente.
Tōya, quien hasta hace unos segundos estaba enfurecido, se congela al ver el estado del omega. Su enojo rápidamente se convierte en miedo.
—¿I-Izuku? —pregunta con un tono más bajo, el pánico se filtra en su voz—. No... no quería... Shōto...
Da un paso hacia adelante, pero se detiene cuando Shōto lo fulmina con la mirada antes de ignorarlo por completo y levantar al omega con cuidado.
—Apártate —demanda el bicolor haciendo todo lo posible por mantener la calma aunque por dentro se esté muriendo de preocupación.
Debe mantener la compostura por el bien del omega que considera suyo.
—Tōya, ¡haz algo! ¡No te quedes ahí como si Izuku y tus hijos no corrieran peligro! —Natsuo le suplica a su hermano mayor, el de ojos turquesas entonces parece reaccionar e intenta acercarse, mas Shōto le gruñe.
—Ni es tu omega, ni son tus hijos. Tú eres quien lo puso en esta situación así que solo hazte a un lado —sisea con veneno avanzando hacia la salida con urgencia para llegar a su auto lo más pronto posible.
Tōya retrocede con culpa y el miedo empieza a apoderarse de él. Toda su rabia desapareció al ver a Izuku en ese estado.
O era así hasta que se percata de algo muy importante dicho segundos atrás por su propio hermano.
—¿Cómo sabes eso? —balbucea, aunque realmente no quiere saber si quiere oír la respuesta —¿Cómo carajos sabes que no son míos? ¿Qué tanto te dijo Izuku acerca de nosotros?
Shōto, sin detener su andar apresurado a la puerta principal de la casa, responde en voz baja.
—No es el momento para eso. Lo discutiremos después. Ahora lo más importante es que Izuku y los bebés estén bien.
El corazón de Shōto late con fuerza mientras carga a Izuku hacia la salida. Cada segundo cuenta, y no puede permitirse perder más tiempo en discusiones inútiles con Tōya.
Shōto sale de prisa importándole poco la confusión e incredulidad en el resto de su familia. Su prioridad es socorrer al omega antes de que la situación se agrave.
Todos los Todoroki estaban en estado de shock, incapaces de procesar lo que acababa de suceder.
Tōya se queda parado en el centro de la sala, con la mirada perdida. ¿Qué tan enterado estaba Shōto acerca de su relación? ¿También sabía cuando discutían o cuando tenían problemas? ¿Por qué Izuku contaría algo tan privado acerca de ellos?
—Tōya —levanta la mirada ante la voz de Natsuo, el omega luce preocupado—. ¿Q-qué quisiste decir con que Shōto metía las narices en tu relación?
El azabache traga en seco y siente el peso de las miradas de su familia caer sobre él. Su cabeza es un caos. No sabe cómo empezar a explicar algo que incluso a él mismo le cuesta admitir.
—Tōya, estamos esperando —dice Enji con firmeza cruzando los brazos—. ¿Qué tiene que ver Shōto en todo esto y cómo que los cachorros de Izuku no son tuyos?
El azabache baja la mirada tratando de calmar el temblor en sus manos. No quería decirlo, no en voz alta, sería demasiado humillante confesar que le fueron infiel y lo había dejado pasar solo por temor a perder a Izuku.
—Mi amor, dinos... —insiste Rei.
Apreta los puños con fuerza, sus uñas se clavan en sus palmas mientras trata de controlarse. No quería responder, no quiere tener esta conversación. Su familia está siendo entrometida, sabe que lo van a juzgar, y peor aún, van a juzgar a Izuku. Jamás entenderían nada.
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Guarda silencio [Tododeku]
FanfictionLa vida le cambia después de una infidelidad, un par de tragos, una noche loca y un guapo desconocido a su lado al amanecer... que resultó ser su cuñado. Podrían simplemente hacer como que aquello jamás sucedió, pero hay síntomas que van a interferi...