Jadea cuando Shōto desciende a su cuello y lo aspira, dejando ligeros besos mientras sus grandes manos pasan a sus glúteos, empezando a apretarlos.
—Mi Izuku... Mis cachorros... Míos...
E pecoso ronronea por la lujuria en la voz del alfa.
—Date la vuelta.
Su entrada se humedece y acata la orden, recargándose con cuidado sobre la pared, esperando con ansias el siguiente movimiento de Shōto, quien juega con el elástico de su pantalón antes de bajarlo un poco, solo hasta los muslos.
—S-Shōto...
—Sh... Nos pueden escuchar —susurra en su oído, depositando un ligero beso al mismo tiempo que desabrocha sus propios pantalones, sacando su erección.
Shōto se lo estaba comiendo con la mirada. Puede que Izuku esté por finalizar los cinco meses de embarazo y su cuerpo haya cambiado radicalmente, pero eso no evitaba que se viera precioso y deseable para él.
No cuando aquel cambio se debía a que tenía a sus hijos en su interior.
Con cuidado, el bicolor lleva su mano hacia la entrada del omega y empieza a jugar con el lubricante natural que producía su cuerpo.
Introduce lentamente sus dedos en él para prepararlo, abriéndolo tanto como le sea posible, asegurándose de que el pecoso disfrute de su tacto.
Cuando considera que está listo, toma su propio miembro y lo alínea contra la entrada que palpita por la necesidad que siente de tener algo dentro.
—Shōto... Apresúrate, no tenemos mucho tiempo... —se queja el peliverde en un susurro con los ojos llorosos, está desesperado por sentirlo.
El bicolor deposita un beso en su nuca antes de obedecer, finalmente empujándose adentro, abriéndose paso y jadeando en voz baja por el delicioso calor que le ofrecen las paredes de Izuku.
El omega lleva una de sus manos a su boca para acallar sus gemidos, mientras la otra la usa para recargarse contra la pared.
—Oh, mi amor... También extrañaba esto —ronronea Shōto tomándolo por las caderas para seguir ingresando hasta llenarlo por completo.
Sin esperar más, y siendo consciente del poco tiempo que tienen, el alfa empieza a embestirlo tan duro y rápido como puede.
Izuku ahoga un chillido ante cada penetración, sus piernas no tardan temblar y su respiración se acelera.
Hace todo lo posible para que sus feromonas no escapen, pero le es difícil contenerlas, sobre todo cuando su lobo está bastante contento con el contacto que comparte con Shōto.
Solloza por el placer que siente. El hecho de hacerlo a escondidas y ser descubiertos en cualquier momento solo intensifica la experiencia.
Oye a Shōto jadear contra su oído, al mismo tiempo que llena de besos su hombro. Imaginar la expresión del alfa lo hace estremecer.
—S-Shō...
—Sí, mi amor... Aguanta solo un poquito más...
Se le escapa un ligero alarido que es silenciado cuando el bicolor se apresura a tapar su boca con su palma, sin detener sus movimientos.
Después de unos largos e intensos minutos, finalmente el orgasmo lo alcanza, con Shōto llenando su interior, empujando en lo más profundo de él, como si quisiera embarazarlo otra vez.
El más alto deposita un beso en la coronilla de su cabeza antes de separarse y sonreír satisfecho al ver el desastre entre las piernas del omega.
Su lubricante descendía por sus muslos y de su entrada desbordaba semen, además de que sus nalgas estaban rojas por el reciente choque de sus pieles.
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Guarda silencio [Tododeku]
FanfictionLa vida le cambia después de una infidelidad, un par de tragos, una noche loca y un guapo desconocido a su lado al amanecer... que resultó ser su cuñado. Podrían simplemente hacer como que aquello jamás sucedió, pero hay síntomas que van a interferi...