Capítulo 9: Solo compáralos.

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—¡Acá estamos! —Tōya canta ingresando a la sala.

—Mi niño, buenas tardes, es un gusto verte otra vez —sonríe Rei acercándose, Tōya expande sus brazos pero es ignorado olímpicamente porque la mujer va hacia Izuku.

De igual forma es con sus hermanos, pues Fuyumi y Natsuo ni le dirigen la mirada, van de forma directa al pecoso para saludarlo y olerlo, notando que su aroma cambiaba a uno más lechoso.

—Es como un pie de limón —suspira Natsuo aspirando.

Shōto llega a los pocos minutos con Enji, el bicolor se acerca a saludarlo de forma casual, también inhalando sus dulces feromonas de forma discreta.

—Ah, Izuku. No tuviste la oportunidad de conocer a papá antes, pero aquí está.

El menor agacha un poco la mirada, algo intimidado por el imponente hombre frente a él.

Pero Enji es un alfa, y como la mayoría de alfas, es débil ante un omega embarazado, así que se limita a asentir en vez de hacer sus típicos comentarios hirientes y fuera de lugar.

—Entonces... Shōto ya nos comentó que esperan trillizos —ríe Fuyumi.

—¿Eh? Mocoso, se supone que era yo quien debía dar la noticia —regaña Tōya revolviendo sus cabellos bicolores con brusquedad.

Shōto se lo quita con un gruñido y chasquido de lengua.

—Me ganó la emoción —se encoge de hombros antes de susurrarle—. Además, por cómo reaccionaste, no pensé que tuvieras ganas de hacerlo.

El de ojos turquesas asiente con cierta culpa e ignora el veneno en las palabras de su hermano menor.

—Entonces... ¿Ya saben sus géneros? —pregunta Enji captando su atención.

—Eh... —Tōya no sabe qué responder, por lo que mira a Izuku para que lo haga, pero en cuanto este abre la boca, alguien se le adelanta.

—Es imposible determinar sus sexos hasta dentro de un mes, pero serían más certeros en la semana dieciocho —empieza Shōto.

—Oh, ¿y cómo están ellos? —sigue Fuyumi.

—De hecho, bastante bien, sus latidos y desarrollo van de maravilla debido a que cada uno tiene su propia placenta y saco amniótico.

—¿Y cómo te sientes tú, Izuku?

Shōto deja de responder y lo mira, esta vez la pregunta es para él, el omega se aclara la garganta con nervios.

—Supongo que... normal. Bastante cansado, las náuseas son algo molestas y los antojos empiezan a rondar más —ríe con gracia.

—Ah, ¿Te apetece algo? Puedo prepararlo para ti —se ofrece Fuyumi.

—No lo creo. Tu especialidad son los platos salados y sus antojos son dulces, especialmente si incluyen chocolate, es por eso que traje algunos bombones —explica el bicolor.

—Pero bueno, ¿quién es el papá? ¿Tōya o tú? —ríe Natsuo, sacándole carcajadas a todos menos al peliverde y a Shōto.

Al contrario, se pusieron tensos y fingieron risas nerviosas.

—Es normal, después de todo, ha sido Shōto quien lo ha estado acompañando debido a que Tōya está muy ocupado con el trabajo —explica Fuyumi.

—Oh, sí. Recuerdo que cuando estaba embarazada y Enji no estaba disponible, nuestro vecino andaba muy pendiente de mí. Todos los alfas se ponen protectores cuando un omega está gestando, es su instinto, no es que haya segundas intenciones de por medio —comenta Rei. Enji gruñe aún recordando al vecino entrometido que por poco se quería meter en la sala de partos.

Guarda silencio [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora