Intercambian una mirada rápida, ambos intentando recomponerse.
El omega se apresuró a alisar su camiseta y moverse hacia la puerta, mientras que Shōto, con una expresión neutra, se paró a su lado, intentando mantener la calma.
Los dos sabían que debían actuar como si nada hubiera ocurrido, aunque el ambiente aún estaba cargado por lo que acababa de pasar.
Cuando Izuku abre la puerta, obtiene la atención de ambos visitantes, quienes levantaron la cabeza sorprendidos al ver a Shōto allí.
—¿Shōto? —pregunta Tōya frunciendo el ceño—. ¿Qué haces aquí?
Shōto cruzó los brazos, conteniendo la ira que aún hervía bajo él, una parte de su molestia se debía a que los interrumpieron, la otra parte era debido a que su lobo lo veía como una amenaza por haber tratado mal al omega.
—¿Cómo qué hago aquí? —repite con un tono cortante—. Ya sé que discutiste con Izuku. Sé que lo lastimaste al punto de hacerlo llorar. No iba a dejar que pase por esta mierda estando embarazado.
Tōya abre la boca para replicar, pero las palabras se le atoran en la garganta. El remordimiento y la culpa comienzan a invadirlo, sobre todo porque sabía que Shōto no era alguien que se involucrara fácilmente en los problemas de los demás.
Himiko, que estaba parada justo detrás de Tōya, aprovechó el momento para intervenir. Le dio un empujón en el hombro y rodó los ojos.
—Esto es precisamente de lo que te hablaba —suspira exasperada—. Has sido un idiota y no es la primera vez. Encima tuviste el descaro de creer que estabas en todo tu derecho de enojarte.
El pelinegro miró a Himiko con incomodidad, pero sabía que ella tenía razón.
Fue a casa de su mejor amiga para ser escuchado y aconsejado, a cambio, solo recibió un regaño de la alfa. Su argumento fue: "Decidiste seguir con él sabiendo que esté embarazado, es normal que te frustres porque sean tres, pero no debiste ser un imbécil con las palabras, mucho menos en su estado".
Desvía la mirada hacia Izuku, quien aún parecía frágil y vulnerable, aunque intentaba mantenerse firme frente a la situación.
—Izuku... —comienza Tōya luego de dar un suspiro torpe—. Siento mucho lo que pasó antes. No debí decir todas esas cosas. No debí... comportarme así. No tienes que perdonarme, pero al menos quiero que sepas que estoy arrepentido. Lo siento mucho, por favor perdóname, te amo.
Izuku lo mira por un momento, procesando sus palabras. El alfa lucía tenso, pero arrepentido.
—Bueno, Izuku, si estás dispuesto a escucharlo, nosotros nos retiramos para que hablen en calma, ¿sí? Vamos, Shōto.
El bicolor duda, tantea su vista entre su hermano e Izuku, pero suelta un suspiro asintiendo.
Se supone que él no es nadie, no tenía razón para interferir.
—Nos vemos, Izuku —suelta con un suspiro resignado, el omega asiente en respuesta. Después mira a su hermano mayor y este desvía su mirada con culpa.
Cuando la puerta es cerrada, el silencio inunda la sala, poniendo tensa e incómoda la sala.
—Siéntate, por favor —empieza Izuku tomando asiento en el sofá, siendo seguido por el alfa.
Ambos se sientan erguidos, alertas. Izuku miraba sus manos, apretándolas en su regazo con nervios.
Tōya pasa una mano por su cabello y resopla. Parecía como si intentara decir algo, pero ni una frase llegaba a formarse.
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Guarda silencio [Tododeku]
FanfictionLa vida le cambia después de una infidelidad, un par de tragos, una noche loca y un guapo desconocido a su lado al amanecer... que resultó ser su cuñado. Podrían simplemente hacer como que aquello jamás sucedió, pero hay síntomas que van a interferi...