CAPITULO 26

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Sábado.. dia siguente

NARRADOR OMNISCIENTE.

El sonido de los radios hacia eco en el ambiente, el sol estaba comenzando a salir alumbrando ligeramente, provocando el canto de todos los gallos en el rancho, en el ambiente se podía oler el aroma a humedad de las diversas plantas del monte.

Los diversos tipos de hombres que estaban fuertemente armados se desplegaban en sus áreas, algunos conversaban entre ellos bebiendo ya sea café o alguna bebida de elección propia.

Los trabajadores del rancho comenzaban a moverse, iniciando las actividades del mismo como alimentar a los hermosos animales que allí habitaban.

En el despacho de la casa grande Archivaldo estaba ya despierto, tomaba de su taza de café mientras revisaba los papeles de como estaban llendo los frutos de las inversiones de sus nuevos negocios.

Al igual que revisaba detalles de los nuevos embarques de mercancía, de todo lo que tenía que salir.

Firmaba hoja tras hoja, leyendo y cambiando algunas cosas que no le parecían de nuevos contratos.

Estaba tan concentrado que no se percato que por los radios avisaban de la entrada de ovidio al rancho para que estuvieran pendientes, no se percato y un toque en su puerta lo alertó.

— ¿Quino?

Dio un respingo y su mano por instinto casi se posa en la glock que descansaba frente a el.

La puerta se abrió mostrando a el menor de los hermanos.

— carnal — soltó un suspiro levantando de su silla para saludar a su hermano.— Cómo andas, ovi no escuché cuando avisaron que llegaste.

El joven de piel vainilla no tenía buena cara, cosa que su hermano noto.

— se acaba de hacer un desmadre con los morros, en Culiacán.

Frunció el seño.

— los del ancla se los chingaron y mataron a tu administrador... Alguien dio el pitazo y les cayeron.

El mayor frunció el seño y se pasó las manos por la cara en frustración, golpeó la mesa.

— ¡Puta madre!

— esos pinches perros de corbatita se pasaron de verga, todo por quedar bien con los pinches güeros.. nos pusieron en bandeja — el menor se giro también algo frustrado y camino hacia la ventana.

— ¡¡le dije al puto de Montoya que estaríamos negociando por qué actuó por su propio pie el pendejo!! — grito Iván

— ¿por qué no me dijeron desde temprano?

— no te quise poner de malas ahorita hay que andar con la cabeza fría ya sabes. — lo escucho decir y asíntio suspirando.

— tienes razón.

Iván volvió a sentarse le dio un trago a su café mientras se recargaba en su silla, ovidio tomo asiento frente a el.

Tomo el radio y pidió al 19, este no tardó mucho en llegar.

Entro al despacho sabiendo perfectamente lo que sucedía.

— 19, quiero que ala sorda andes por la zona investigando quien anda, si son los del ancla o quién sea, por el momento pones orden mientras consigues a quien poner.. no quiero malentendidos.

Asíntio el joven de barba que estaba de pie junto ala puerta, desapareciendo al instante.

— ¿No dormiste bien verdad?

La voz de ovidio lo saco de sus pensamientos, Iván lo miro y asíntio.

— ya sabes..yo y mis chingaderas, pero está vez me sentí...
más ¿tranquilo? le hable a Sam

Ovidio ebozo una ligera sonrisa mientras asentía, ligeramente emocionado por qué su hermano se sintiera feliz.

— te trae de un ala.. pinche morrita.

El castaño asíntio suspirando.

— tan perro que me veo y una chingaderita me controla.

Ovidio soltó una carcajada sonora, aligerando el ambiente.

— no pues' tu sabes, tu vieja.. tu vida..

Archivaldo le dio un sorbo a su café, cerró la carpeta y acomodo los bolígrafos.

— ¿desayunaste?

Pregunto el menor, Iván asíntio.

— yo no, tengo hambre.. ¿puedo pedir ala doñita algo?

— simon' perro pide lo que quieras.

Se levantó y camino hacia la puerta miro a su hermano de reojo.

— acompáñame con un taquito wey, no me dejes comer solo.

Los dos hermanos bajaron al comedor, le pidieron ala señora de cabellos blanquecinos desayuno, ovidio pidió un plato completo y Iván solo un licuado para acompañar a su hermano ala mesa. Se sentaron en la mesa mirando con atención las noticias en donde estaban avisando del enfrentamiento y las muertes recientes.

Su atención fue llamada cuando les pusieron los alimentos ala mesa, ambos agradecieron para comenzar a comer.

Minutos después.

Los dos hermanos estaban sentados ahora en la palapa, a unos metros de la casa conversando.

— sabes que, voy a hacer una carne asada más tarde para traer a Samara, sus papás se fueron a Mazatlán y está solita mi niña.

Ovidio solo miro a su hermano y asíntio.

— ¿nomás nosotros?

— simón.

— está, con madre' voy a ir a hacer unas vueltas y más derrato vengo, ¿ocupas que me traiga algo?

Negó.

— no hace falta, aquí va haber Nadamas no me quedes mal.

— claro wey, soy golletero profesional

Ambos se carcajearon, siguieron conversando un buen rato más hasta que ovidio se retiró a seguir con sus cosas y Iván también acudió a los pendientes que necesitaban su presencia.



Claudia018606 te quiero muchísimo mamasota.





OJITOS DE MIEL//IVAN ARCHIVALDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora